Cine, TV, Video: crítica: La Guerra de los Mundos (2005)

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Resulta indudable el talento de Cruise y Spielberg reunidos, pero la nueva versión de la Guerra de los Mundos se aleja del típico “blockbuster” pasatista y se acerca un poco más a la típica paranoia post 11 de setiembre.

Por Alejandro Franco – contáctenos

Director: Steven Spielberg; Intérpretes: Tom Cruise, Dakota Fanning, Tim Robbins

La Guerra de los Mundos - War of the Worlds 2005, dirigida por Steven Spielberg y con Tom Cruise. Vemos y hacemos la crítica antes de su estreno en el cine. La Guerra de los Mundos de H.G. Wells, publicada en 1898, es la piedra basal de un sub género de la ciencia ficción, que es el de las invasiones alienígenas. El sub género en sí ha sido muy fructífero: en primer lugar, porque las situaciones de amenaza total a la humanidad sirve para realizar un análisis sicológico de los temores más profundos del hombre, y segundo, porque la ciencia ficción siempre ha sido una excelente excusa para plantear, en escenarios imaginarios, análisis sociológicos y planteos “de laboratorio” de problemáticas de la sociedad actual. En la era dorada de la sci-fi, con multitud de clones de la novela (y la adaptación oficial al cine en 1953), había ecos de la guerra fría. En los ´90, el tema se puso de moda en tono de puro entretenimiento (incluso de sátira) con films como Día de la Independencia y Marcianos al Ataque. Pero en la época actual, un director del calibre de Spielberg (y colaborador del género con clásicos como Encuentros Cercanos del Tercer Tipo y ET) opta, en vez de filmar un videogame, de realizar una pelicula donde la invasión es la excusa para desenterrar los temores de la sociedad americana post 11/9.

Es un enfoque serio y respetuoso de la esencia de la ciencia ficción, pero a su vez resulta arriesgado, aún cuando el atentado de las Torres Gemelas no es demasiado distante en el tiempo. Por todo esto es que La Guerra de los Mundos tiene espectaculares efectos especiales propios de un film pasatista de George Lucas, pero a la vez un punto de vista demasiado serio (e incluso dramático) que no es usual en los típicos blockbusters de la taquilla norteamericana.

Tom Cruise es Ray Ferrier, un divorciado que debe súbitamente encargarse de sus dos hijos (Justin Chatwin y la siempre excelente Dakota Fanning) cuando su ex-mujer se los deja en una visita de fin de semana. Ferrier es un tipo inmaduro, más apasionado por los autos veloces que por otra cosa, y que deberá caer a tierra cuando extraños hechos comiencen a sucederse. En este caso, hay grandes tormentas electrícas que camuflan la llegada de alienígenas (ya no son marcianos como la novela y el film de 1953 indicaban – el paso del tiempo y los descubrimientos de la NASA pesan en el relato), que comienzan a destruir poblaciones sin misericordia. A diferencia de la pelicula de 1953, y más fiel a la novela, ahora la invasión se hacen en enormes naves tripode que incineran todo a su paso. y Ferrier deberá madurar de golpe, mientras lucha por salvar a su familia a medida que la amenaza avanza de manera implacable.

A diferencia de otros filmes, La Guerra de los Mundos se diferencia por un enfoque más realista y acotado. No hay historias de por ejemplo, militares en el Pentágono decidiendo acciones, o científicos analizando qué curso tomar. La cámara cae sobre Cruise prácticamente todo el tiempo, y en realidad lo que vemos es a la gente corriendo para salvar sus vidas, sin disponibilidad de mayor información. Seguimos a un grupo de personas que está aislada de la información de lo que pasa en otros lugares… tal como si la invasión afectara a usted y a mí, sin TV, radio, o sin relatos paralelos que ayuden al espectador para ver qué decisiones está tomando el gobierno y las fuerzas armadas.

Todo el enfoque del film es oscuro, casi sin esperanza. Si sobrevive los devastadores ataques, la gente remanente puede ser capturada y utilizada como fertilizante para un extraño moho rojo que comienza a cubrir todo el planeta. y si no, los supervivientes libres podrían enloquecerse ante la visión del caos, tal como sucede con Ferrier cuando encuentra al personaje sicótico de Tim Robbins, y en cuyo sótano se refugian. El peligro viene de todos lados.

Pero lo que le resta puntos (o no, la historia decidirá), es el exceso de seriedad del film; Cruise en ciertos momentos aparece cubierto de cenizas, como las victimas de la caída de las torres; en un momento, se pregunta si no es esto un nuevo ataque terrorista; las caravanas de escape de las ciudades son gigantescas, y hay gente en todas partes preguntando si vieron a sus seres queridos. Son muchas imagenes que seguramente al publico norteamericano le revolverán demasiados recuerdos.

Es decididamente una buena película, pero también es una de sentimientos encontrados. No hay súper héroes, pero hay explosiones. No hay humor, hay drama y sensación de urgencia. Al contrario de lo esperado, el rol de Cruise es de testimonio de la masacre, y no de héroe. Hay momentos de grandeza, pero por momentos el guión pareciera que retoza en revivir momentos de angustia aún frescos en la sociedad norteamericana. Indudablemente el paso del tiempo dirá que tan buena película es (posiblemente sea un nuevo clásico, ya que no pierde en ningún momento su enfoque realista), pero por ahora parece casi imposible ser objetivo ante la visión del film sin recordar el 11/9.