Cine, TV, Video: crítica: Sin City

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Con una impresionante gráfica digital que mezcla tanto el comic como el film noir policial de los ´40, Sin City se perfila como el “Pulp Fiction” de la decada del 2000. Una experiencia cinematográfica alucinante.

Por Alejandro Franco – contáctenos

Sin City (EUA, 2005). Intérpretes: Bruce Willis, Mickey Rourke, Clive Owen, Jessica Alba, Rosario Dawson, Jamie King, Brittany Murphy, Benicio Del Toro, Nick Stahl, Elijah Wood, Michael Clarke Duncan. Dirigidos por Frank Miller & Robert Rodríguez, con Quentin Tarantino como “director invitado”

Sin City: preview de la nueva pelicula de Robert Rodríguez, con Bruce Willis, Mickey Rourke y Clive Owen Las traslaciones de los comics a la pantalla grande han tomado diversos caminos, y cada cual con mayor o menor grado de éxito. Por un lado, se han adaptado en terminos cinematográficos standart como Spiderman o Superman, desarrollando su propio lenguaje. O han intentado reproducir con fidelidad parte de la estética del comic. El primer caso conocido fué, precisamente, quien desatara el furor que llega a hoy: Batman (1989) de Tim Burton, seguido por Dick Tracy, y el ejemplo más reciénte fue Hulk. Todos ellos tomaron algunas cosas del “aire” del comic. Pero, salvo quizás Hulk con mayor esmero, ninguno de estos films pudo realmente crear la sensación de un comic “viviente”. Salvo, claro está, hasta la llegada de Sin City.

Sin City posee una historia interesante en cuanto a su creación; Robert Rodríguez estaba obsesionado con el proyecto, pero el autor del comic – Frank Miller, autor además de otros titulos sustanciales de la renovación del comic de los 90 como The Dark Night Returns, y base del Batman del ´89 – estaba reticente a adaptarlo al cine, en buena parte por los desparejos resultados que otras adaptaciones suyas tuvieron, y en otro aspecto, debido a la necesidad de una estética fiel a la historieta que se plasme en el celuloide y que fuera parte protagonista de la historia misma. Rodríguez decidió filmar un corto en secreto con Josh Harnett y Marley Shelton en el 2004, “El cliente siempre tiene la razón” , de una de las historias cortas de la serie. Cuando Miller lo vió, Rodríguez le dijo: “este puede quedar como un corto para que le muestre a sus amigos, como una curiosidad, o puede ser la base de un film entero de su historieta”. Miller quedó tan impactado que inmediatamente comenzaron a trabajar en el proyecto. Y, posteriormente, a la hora de proponer el film a los diversos actores que terminaron involucrados en el mismo, la carta de presentación era precisamente dicho corto. Demás está decir, todo el mundo quedó impactado.

Pero cuál es la magia del corto (que se incluye en el film actual), y de la pelicula en su totalidad?. Que sigue la escuela de Sky Captain and The World of Tomorrow : los actores representan sus papeles delante de una pantalla verde, los decorados son generados posteriormente por computadora, y la estetica del film es retocada digitalmente. Vale decir, son films digitales, lo que permiten que se logre efectos y logros visuales realmente impresionantes.

Para filmar un policial negro, Rodríguez precisamente respetó la estética de los films de los 40 y del comic mismo: es un film en blanco y negro (no en tonos sepia como Sky Captain … ) pero con chispazos de color. El B&N es de muy alta definicion, con tonos infinitos de gris – casi metálico -, donde por características de la narración la sangre es roja, las luces amarillas, o detalles imprescindibles de los personajes tienen su propio color (los ojos, la piel del “bastardo amarillo”, etc). Eso y el surgimiento de cuadros y viñetas, hace que Sin City sea un verdadero comic animado, que le deja un recuerdo imborrable en la retina del espectador.

Ahora bien: cómo es como film?. La película trata tres historias, todas desarrolladas en Basin City, y pobladas de caracteres comunes que habitan los bajos fondos de la ciudad. En una tenemos a Hartigan (Bruce Willis), un policia honesto y duro cerca de su retiro, que debe resolver una serie de crimenes seriales y proteger a una niña de un asesino y violador (el Bastardo Amarillo, interpretado bajo maquillaje por Nick Stahl). En otra, el enorme y deforme Marv (Mickey Rourke, en un regreso glorioso a lo mejor de su carrera) despierta un día con su amada muerta en la cama, y con la policía persiguiéndole mientras él inicia un camino de destrucción y venganza. y en la tercera, Dwight (Clive Owen) es un hombre buscado que se oculta en los bajos fondos, protegiendo a las prostitutas, y asesinando por error un día a un policía violento (Benicio del Toro), despertando una serie de tramas ocultas en las relaciones entre el hampa, la prostitución y la policía.

Hay bastante de Pulp Fiction en el film, aunque sin el tono sarcástico y comico que imponía Tarantino. Heroes y anti-héroes, sádicos y asesinos, personas con un pasado que les condena. En ese sentido, retoma mucho de los temas de la serie negra, popularizada en los 30 y los 40 por novelas de Raymond Chandler y Dashiell Hammet, y era el sentido de la tragedia griega. Todos los personajes ya están condenados, cada uno a su manera, y lo que se relata es precisamente como el destino de uno va afectando al de otro y así sucesivamente. Cuando todo está mal, solo falta un pequeño empuje para que se inicie el mecanismo de destrucción (física, moral, etc).

El nivel de las actuaciones es parejo en la excelencia, evitando protagonismos, siendo todos los personajes importantes. Es de resaltar que en muchos casos (como Marv o el Bastardo Amarillo), son personajes deformes, algo muy característicos de Dick Tracy. Está la característica narración en off de los policiales negros, y hay una sensacion de atmósfera bizarra, más allá del tiempo y del espacio. Elementos modernos se mezclan con cosas antiguas, siendo lo más natural del mundo en Basin City.

El film es altamente recomendable, porque mas allá de la impresionante estética, es un film cabal, descarnado, propio de la serie negra,… de los que Hollywood se había olvidado con sus pastiches con happy ending. Una experiencia que merece vivirse.