Cine, TV, Video: crítica de Los Infiltrados

Volver al Indice – Cine, TV, Video

“Los Infiltrados” es el nuevo filme de Martín Scorsese. y después de haberlo visto deambular por dramas de época, uno desea que nunca se hubiera despegado del género policial que tan bien maneja.

Por Alejandro Franco – contáctenos

The Departed (EUA 2006); Intérpretes: Leonardo Di Caprio, Matt Damon, Jack Nicholson, Martín Sheen, Mark Wahlberg, Alec Baldwin; dirigidos por Martín Scorsese

critica: Los Infiltrados, el ultimo hit de Martín Scorsese, con Leonardo Di Caprio, Matt Damon y Jack Nicholson Hace bastante rato que uno no ve un filme policial fascinante. Esos monstruos de la pantalla fueron una vez pergueñados por Francis Ford Coppola y, por supuesto, por Martín Scorsese.

De algún modo Scorsese se metió en una suerte de carrera contra el tiempo para obtener el Oscar que Hollywood siempre le ha negado. Atrás quedó su alianza tan fructífera con Robert De Niro, y el sucesor ha sido Leonardo Di Caprio. Sin duda Scorsese puede filmar hasta la guía telefónica y hacerla interesante, pero el público siempre lo asoció al gran cine policial: Casino o Goodfellas son películas de Scorsese. El resto son buenos filmes pero transvestidos, no son Scorsese de pura cepa.

Por eso es que llega ahora esta suerte de remake de Internal Affairs, un film de Hong Kong que en su momento tuviera una muy buena repercusión, aunque como suele pasar con las peliculas orientales, nunca dejan de estar en un nicho pequeño de culto. Parece que la gente sólo compra lo que viene de Hollywood, y el resto sólo merece juntar polvo en las estanterías de los videoclubes, para que unos pocos e inteligentes cinéfilos terminen por descubrirlos.

Y si bien no está más la mafia italiana o De Niro haciendo sus tics, Los Infiltrados es lo más disfrutable de Scorsese de los últimos años.

Billy Costigan (Di Caprio) y Colin Sullivan (Damon) son dos novatos de la policía que viven en barrios de la comunidad irlandesa de Boston, los que son reinados por el jefe mafioso Frank Costello (Nicholson). Pero el camino de los novatos comienza a tomar caminos bien diferenciados. Mientras que Costigan tiene antecedentes familiares criminales y es tentado por la fuerza para infiltrarse en la banda de Costello, Sullivan ha crecido prácticamente al lado del mafioso y cumple una misión de espionaje en la fuerza. De más está decir que lentamente comienza una escalada de rumores, traiciones y versiones, en donde Costigan y Sullivan descubrirán que hay un traidor en cada bando, pero sin poder identificarlo. y sobre el final, se desata una frenética carrera contra el tiempo para ver quién descubre al infiltrado enemigo y poder eliminarlo a tiempo.

El tema actuación queda fuera de toda discusión con un elenco de semejante calibre. Di Caprio sigue reafirmando los quilates y la experiencia que ha adquirido con Scorsese, Damon desempeña un trabajo muy fino, y el resto interpreta a la corrección los papeles menores que le han tocado. Pero el que descolla es Jack Nicholson. Por supuesto hay momentos muy breves como la charla en el bar con Di Caprio en que se excede un poco, pero la suya es una interpretación sutil, de una furia y maldad contenida mezclada con cierta humanidad poco habitual para un personaje de estas características. No es un mafioso de cartón, sino uno que maneja sus propios códigos morales. y es Nicholson quien tiene las mejores líneas del filme, como por ejemplo, “Yo no quiero ser un producto del medio ambiente que me rodea, sino que el medio ambiente sea un producto mío”. Sin duda Di Caprio y Nicholson merecen sendas nominaciones al premio de la Academia.

Y pronto el filme se dispara en una lenta pero inevitable escalada de tensión. Hay momentos realmente brillantes, en especial cuando sobre el filo de los tiempos siempre uno de los hombres está por descubrir la identidad del otro, además de un par de giros totalmente imprevistos y que terminan por sorprender al espectador.

Como todos los filmes de Scorsese, termina por centrarse en familia y crimen, y hay abundancia de insultos y violencia gráfica, pero nunca llega a niveles intolerables (como sí pasaba en Goodfellas o Casino). Quizás pueda reprochársele cierta artificialidad en los minutos finales del filme (donde el espectador ya no sabe cómo van a desembocar las cosas), pero en comparación al 95% previo de la película termina siendo un detalle menor. Lo que sí es seguro es que se trata de una cinta de visión obligatoria, y uno de los mejores ejemplos de buen cine en el año que comienza.