Humor: selección de chistes de fútbol

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El Mundial es esa menstruación masculina que viene cada 4 años, dura 1 mes, les altera el humor y sólo se puede tratar con cerveza.

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Un padre lleva a su hijo a ver un partido de fútbol. En el medio del juego, el nene le pregunta:

– Papi, ¿por qué todos insultan a ese hombre?
– Porque le tiró una piedra al árbitro.
– Pero si no le acertó.
– ¡Por eso, hijo, por eso!

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Después de un partido accidentado de fútbol, un grupo de gente se lleva alzado al árbitro.
El árbitro dice:

– No tienen por qué molestarse.
A lo que uno responde:
– No es molestia. El acantilado donde lo vamos a tirar está acá nomás.

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¿Cómo le dicen a Boca Juniors?… bragueta, porque de vez en cuando pellizca la punta.

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¿Cómo le dicen a Boca Juniors?… alfajor de pollo, porque no existen.

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En la final de la copa de fútbol:

– Disculpe señora, este asiento que está vacío junto a usted…¿es de alguien?
– De mi esposo, pero puede usarlo: ha fallecido.
– Cuánto lo siento, ¿y no tiene algún buen amigo que lo acompañe?
– Ni lo mencione. Esos traidores eligieron ir al entierro.

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¿Cómo le dicen a Racing?… Sorpresa y media, lo ves 10 minutos y llorás.

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¿Cómo le dicen a Racing?… televisor coreano, porque no hay técnico que lo arregle.

Marido y mujer acuden al psicólogo tras 30 años de matrimonio.

Cuando se les pregunta cuál es el problema, la mujer saca una lista larga y detallada de todos los problemas que han tenido durante los 30 años de matrimonio: – …poca atención, falta de intimidad, vacío, soledad, no sentirse amada, no sentirse deseada… –

La lista es interminable.

Finalmente, el terapeuta se levanta, se acerca a la mujer, le pide que pare y la abraza y besa apasionadamente, mientras que el marido los observa con una ceja más alta que la otra.

La mujer se queda muda y se sienta en la silla medio aturdida..

El terapeuta se dirige al marido y le dice:

– Esto es lo que su esposa necesita al menos 3 veces por semana. ¿Puede usted hacerlo?

El marido se queda meditando unos instantes y responde:

-Bueno, la puedo traer los lunes y los miércoles, pero los viernes tengo fútbol.

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¿Cómo le dicen a Gimnasia?… Terreno fiscal, porque no tiene títulos.

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¿Cómo le dicen a River?… Ruta 2: todos los domingos una tragedia.

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¿Cómo le dicen a River?… Ventilador; porque funciona sólo en verano.

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1. EL DIARIO DE ELLA

El sábado por la noche lo encontré raro.
Habíamos quedado en encontrarnos en un bar para tomar una copa.

Estuve toda la tarde de compras con unas amigas y pensé que era culpa mía porque llegué con un poco de retraso a mi cita, pero él no hizo
ningún comentario.

La conversación no era muy animada, así que le propuse ir a un lugar más íntimo para poder charlar más tranquilamente.

Fuimos a un restaurante y él se seguía portando de forma extraña.
Estaba como ausente. Intenté que se animara y empecé a pensar si sería por culpa mía o por cualquier otra cosa. Le pregunté y me
dijo que no tenía que ver conmigo. Pero no me quedé muy convencida.

En el camino para casa, en el coche, le dije que lo quería mucho y él se limitó a pasarme el brazo por los hombros, sin contestarme.

No sé cómo explicar su actitud, porque no me dijo que él también me quería, no dijo nada y yo estaba cada vez más preocupada.

Llegamos por fin a casa y en ese momento pensé que quería dejarme.

Por eso, intenté hacerle hablar, pero encendió la tele y se puso a mirarla con aire distante, como haciéndome ver que todo había terminado entre nosotros.

Por fin desistí y le dije que me iba a la cama. Más o menos diez minutos más tarde, él vino también y, para mi sorpresa, correspondió a mis caricias e hicimos el amor. Pero seguía teniendo un aire distraído. Después quise afrontar la situación, hablar con él cuanto antes, pero se quedó dormido.

Empecé a llorar y lloré hasta quedarme adormecida. Ya no sé qué hacer. Estoy casi segura de que sus pensamientos están con otra.

Mi vida es un auténtico desastre.
2. EL DIARIO DE ÉL

Hoy perdió la selección.

Al menos tuve sexo.

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– ¿De qué murió tu viejo?
– De mal aliento.
– ¿Y cómo es eso?
– Gritó gol, pero se había sentado con la hinchada equivocada.