{"id":10679,"date":"2017-10-25T07:56:18","date_gmt":"2017-10-25T07:56:18","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/musica-tango\/"},"modified":"2023-04-28T05:24:07","modified_gmt":"2023-04-28T08:24:07","slug":"musica-tango","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/musica-tango\/","title":{"rendered":"M\u00fasica y letras de canciones: la historia del Tango"},"content":{"rendered":"

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Volver al Indice –\u00a0M\u00fasica y Letras de Canciones<\/a>\u00a0\/\u00a0Por Alejandro Franco –\u00a0cont\u00e1ctenos<\/a><\/h2>\n

Entre los muchos misterios que encierra el tango, el primero es el de su propia denominaci\u00f3n. La voz tango<\/strong> se encuentra en las culturas africanas, hisp\u00e1nica y colonial. Seg\u00fan algunas teor\u00edas, tango deriva de tang<\/em>. Que en una de las lenguas habladas en el continente negro significa palpar, tocar y acercarse. Entre los bant\u00faes, adem\u00e1s hay dos idiomas que se denominan tanga<\/em> y tangui<\/em>. y entre las lenguas sudano-guineanas figura la tangal\u00e9<\/em>. Curiosamente, el contenido hisp\u00e1nico de la palabra se acerca a la africana tang<\/em>. Tango<\/strong> en castellano es considerada una voz derivada de tangir<\/em>, que en espa\u00f1ol antiguo equivale a ta\u00f1er, y de tangere<\/em>, o sea, tocar en lat\u00edn.<\/p>\n

En la colonia, a su vez, tango era la denominaci\u00f3n que los negros daban a sus parches de percusi\u00f3n. Ellos la pronunciaban como palabra aguda: tang\u00f3. y tang\u00f3 era tambi\u00e9n los bailes que organizaban los africanos llevados a la fuerza al Ri\u00f3 de la Plata. En esas reuniones se creaban tales desordenes que los Montevideanos ricos, y autoconsiderados respetables, llegaron a pedir al Virrey Francisco Javier Elio que prohibiese “los tang\u00f3 de los negros”.<\/p>\n

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La acepci\u00f3n hondure\u00f1a que brinda el diccionario, referida a una especie de tambor que fabrican los ind\u00edgenas, parece acercarse al sentido africano de la palabra. Es dif\u00edcil saber si se trata de una casualidad o de una transculturaci\u00f3n.
\nS\u00f3lo como curiosidad, por que en principio no tienen vinculaci\u00f3n con el origen del tango rioplatense, cabe mencionar que una regi\u00f3n de Jap\u00f3n se llama Tango, al igual que una fiesta infantil de ese Pa\u00eds, y que antiguamente en Brasil tango era sin\u00f3nimo de zamba.<\/p>\n

Si el origen de la palabra Tango, cuando hace referencia al tango rioplatense, es incierto y generador de arduas pol\u00e9micas, el camino se desbroza bastante cuando se trata de descubrir las ra\u00edces musicales.<\/p>\n

Pero no fue f\u00e1cil llegar a conclusiones, por que al principio los autores creyeron descubrir cuatro posibles ra\u00edces – el candombe, la milonga, el tango andaluz y la habanera- y defend\u00edan una de ellas en exclusiva. En la actualidad se admite sin grandes discusiones las m\u00faltiples paternidad, con distintas gradaciones seg\u00fan los estudiosos, obviamente, y hasta se acepta que otros g\u00e9neros musicales, como la zarzuela, confluyeron en el nacimiento del tango, una expresi\u00f3n cultural que termina siendo t\u00edpica y orgullosamente rioplatense.<\/p>\n

Las habaneras, las milongas criollas y los tangos andaluces son las principales expresiones musicales populares de la segunda mitad del siglo XIX. La m\u00fasica campera, llegada a las urbes en ancas de los inmigrantes rurales, tambi\u00e9n se asocia a las fiestas y a los bailes del pueblo, a trav\u00e9s de zambas, vidalitas, tristes, chacareras, gatos, cuecas, malambos y estilos. Los marineros de paso y los europeos que llegaban para quedarse en el R\u00edo de la Plata aportaban, a su vez, valses, pasodoble, polca, mazurcas y chotis.<\/p>\n

Las peque\u00f1as ciudades que entonces eran Buenos Aires, Rosario y Montevideo se transformaron no solo en el recept\u00e1culo de innumerables manifestaciones culturales, sino tambi\u00e9n en el alambique del que sal\u00edan, destilados, nuevos productos.<\/p>\n

Como se trataba de pueblos j\u00f3venes y de la construcci\u00f3n de nuevos pa\u00edses, como hombres y mujeres \u00e1vidos de fortuna r\u00e1pida, el ambiente era fermental y propicio para la creaci\u00f3n. A medida que pasaban los a\u00f1os y se acercaba el nuevo siglo, ese optimismo vital muchos lo transformaron en la frustraci\u00f3n de los sue\u00f1os no concretados y en pesimismo. Esta ultima veta, la del dolor, tambi\u00e9n mostr\u00f3 un enorme dolor potencial creativo.<\/p>\n

Pero entre esfuerzo y sudores, penas y alegr\u00edas, progreso econ\u00f3mico y social o pobreza – seg\u00fan la suerte de cada uno – los pujantes moradores de ambas orillas del Ri\u00f3 de la Plata nunca dejaron de divertirse.<\/p>\n

Los patios de los conventillos y las calles en los d\u00edas de fiestas, la salidas de las fabricas, de las obras en construcci\u00f3n o de los cuarteles, los bares donde despuntaba la nueva sociabilidad, peque\u00f1os teatros los circos y por supuesto, los prost\u00edbulos eran los lugares donde gente llegada de todo el mundo y del campo de Argentina y de Uruguay se divert\u00edan, cantaban y bailaban al son de peque\u00f1os conjuntos de guitarra, viol\u00edn y flauta, que algunas veces agregaban clarinete y armonio.<\/p>\n

Uno de los antecedentes del Tango hay que buscarlo en la m\u00fasica afroamericana, sobre todo el candombe, que tuvo un gran desarrollo en Montevideo.<\/p>\n

La transmisi\u00f3n de la cultura musical del pueblo rioplatense se hacia de boca a o\u00eddo, cantando, de fiesta en fiesta y de farra en farra. No exist\u00edan radios, ni televisi\u00f3n, ni discos, ni cassettes. Actualmente los grandes protagonistas de la m\u00fasica son los autores, los ejecutantes y los cantores. El pueblo tiene una actitud fundamentalmente pasiva y receptora.<\/p>\n

Sin embargo, en las \u00faltimas d\u00e9cadas del siglo XIX, el registro y la permanencia de la creatividad correspond\u00edan a los autores que estampaban notas y poemas en el papel, pero tambi\u00e9n y fundamentalmente al pueblo que recordaba, repet\u00eda y transmit\u00eda las obras a trav\u00e9s del canto.<\/p>\n

No debe llamar la atenci\u00f3n, entonces, que muchas composiciones tuviesen dos o mas letras. Los interpretes que recorr\u00edan peque\u00f1as salas, patios de conventillos, cafetines, cabaret y prost\u00edbulos jugaban con la imaginaci\u00f3n y la picard\u00eda, se adaptaban a cada p\u00fablico y hasta pon\u00edan altas cuotas de improvisaci\u00f3n en sus actuaciones. Del mismo p\u00fablico que los escuchaba tambi\u00e9n surg\u00edan letras picarescas y zafadas que despu\u00e9s serian repetidas en otros lugares. De esas mezclas de g\u00e9neros diversos, pero tambi\u00e9n de culturas y de psicolog\u00edas sociales diferentes, de anhelos, de esperanzas, de sue\u00f1os, de frustraciones y en definitiva de variados sentidos de la vida, surgi\u00f3 el tango.<\/p>\n

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De la habanera acept\u00f3 el sentimentalismo l\u00e1nguido; del tango andaluz; el ritmo binario que tambi\u00e9n tiene la habanera; el ritmo machac\u00f3n proviene de la milonga y, sobretodo en Montevideo, del candombe. Es obvio que el tango no naci\u00f3 de un d\u00eda para el otro. Fue un proceso que algunos autores ubican su inicio hasta en 1830, aunque la mayor\u00eda de los estudiosos encuentra ra\u00edces tangueras a partir de 1850 – 1860. A mediados del siglo XIX se bailaban chotis valses y mazurcas en las piezas de las chinas cuarteleras, que eran vestidas por milongueros, payadores y cantores que tra\u00edan el repertorio po\u00e9tico y musical del \u00e1mbito rural. La presencia de esos milongueros llevo a que se conociese esos sitios como milonga, con lo cual la palabra se asocio a ese tipo de m\u00fasica y al mismo lugar del arrabal donde se bailaba.
\nTambi\u00e9n se danzaba en la zona portuaria, en cuyos centros de diversi\u00f3n los marineros extranjeros difund\u00edan habaneras y tangos andaluces. Fue en estos locales y con esa m\u00fasica que nacieron el corte y la quebrada como parte de la danza.<\/p>\n

En ese crisol de culturas que eran las principales ciudades rioplatenses, surgi\u00f3 la necesidad de afincarse. El arribo desde lejanas tierras para la inmensa mayor\u00eda no tenia retorno. Estos lares se convert\u00edan, a pesar de las nostalgias, en una nueva patria. Hab\u00eda que echar ra\u00edces y casi crear un “ser nacional”. Seguramente, esta necesidad podr\u00eda no estar presente en muchas conciencias individuales, pero si lo estaba en la conciencia colectiva. Esos sentimientos hicieron eclosi\u00f3n alrededor de 1895, cuando las diferentes ra\u00edces confluyeron en valores est\u00e9ticos y art\u00edsticos de una misma naturaleza. En pocas palabras, y con toda su reconocida autoridad, lo explica Horacio Ferrer en su notable el siglo de oro del tango. A juicio de Ferrer, con el tango ocurri\u00f3 algo similar a lo que sucedi\u00f3 con las costumbres, la forma de hablar y de contar, la narrativa y el teatro rioplatense. Se trata de un hecho cultural que “determina en la inspiraci\u00f3n de los m\u00fasicos en el fin de la g\u00e9nesis y el rotundo nacimiento de una nueva manera de componer que hacen al esp\u00edritu, a la estampa, al inconfundible magnetismo y al destino del tango como un arte musical independiente y distinto por entero”. El especialista uruguayo sostiene que “ese echo (cultural) es que los j\u00f3venes tanguistas de la generaci\u00f3n de 1895 se liberan casi por completo de elementos r\u00edtmicos, mel\u00f3dicos, de concepci\u00f3n est\u00e9tica que son atributos t\u00edpicos, esenciales y definidores de las otras culturas presentes en la Plata. Muy en particular la afroamericana y la espa\u00f1ola, encaminando su inspiraci\u00f3n a la est\u00e9tica innovadora que es, por fin, la est\u00e9tica independiente y rotunda del tango. Nada de tamboriles o de panderetas abra en el tango. y todo lo dem\u00e1s que en este comienzo de la historia procede de otras culturas – como los instrumentos musicales o la armon\u00eda que son de procedencia europea – , lo someter\u00e1 el tango desde entonces y para siempre a la poderosa y venturosa personalidad que adquiere nada menos que para nacer y tener ser real y existir, personalidad enteramente criolla conquistada gracias al talento de sus m\u00fasicos tambi\u00e9n criollos.”<\/p>\n

El pretango, los g\u00e9neros musicales y los int\u00e9rpretes que sirvieron de antecedentes al tango se refugiaban en bares de marineros, en cuartos de chicas cuarteleras, en milongas de mala fama, en dudosos cabaret y en prost\u00edbulos.
\nEl tango como tal, sin embargo, tuvo desde el principio vocaci\u00f3n de gran torrente y busco los espacios abiertos hasta alcanzar la universalizaci\u00f3n. Prudencio Arag\u00f3n con El talar (1895), Rosendo Mendiz\u00e1bal con El entrerriano (1897), Ernesto Ponzio con Don Juan (1898) y Manuel Campoamor con El Sargento Cabral (1899), autores de los primeros “tangazos” de la historia, construyeron los cimientos sobre los que se asentar\u00eda el nuevo y reci\u00e9n nacido edificio musical. Su independencia, su personalidad, esta dada por la coincidencia de c\u00f3mo cada uno de ellos calific\u00f3 su respectiva obra:” Tango criollo para piano “.<\/p>\n

Con el adjetivo “criollo” se revindicaba una creaci\u00f3n aut\u00f3ctona. y con la menci\u00f3n del piano se esta informando que ya entonces el tango se hab\u00eda enriquecido instrumentalmente y que hab\u00eda pasado a ser interpretado en los salones.
\nCon anterioridad, en los \u00faltimos tramos de su gesti\u00f3n, y en Buenos Aires, los italianos le hab\u00edan agregado el acorde\u00f3n y el organito con los que daban al tango su tono pla\u00f1idero, quejumbroso, que sin duda influir\u00e1 en posteriores letras lacrim\u00f3genas. Por que es dif\u00edcil encontrar otra combinaci\u00f3n instrumental tan apropiada para reflejar po\u00e9ticamente la tristeza y el sufrimiento ante la traici\u00f3n o ante la pobreza que no remedian ni el trabajo ni la honradez.<\/p>\n

El producto no quedo confinado a lugares de dudosos prestigios, sino que reflej\u00f3 el alma de las clases populares, de los laburantes, de los que d\u00eda a d\u00eda peleaban por la subsistencia y de toda la gente sencilla que habitaba en las periferias de las principales ciudades rioplatenses. Ese pueblo llenaba en Buenos Aires los piringundines (derivado del t\u00e9rmino Genov\u00e9s: piringund\u00edn) y las academias de Montevideo. Peringundines y academias eran modest\u00edsimos locales de baile que, a fines del siglo XIX, fueron factores fundamentales tanto para la expansi\u00f3n del tango como para el desarrollo de su coreograf\u00eda, y para que las parejas aprendieran a bailarlo.<\/p>\n

Generalmente, la evoluci\u00f3n cultural muestra una cadencia, una continuidad, que lleva a que expresiones de una \u00e9poca reflejen sus ra\u00edces en manifestaciones de otras muy anteriores. La historia de la cultura, como la historia de toda la humanidad es, salvo excepciones, una cadena en la que cada eslab\u00f3n encuentra su explicaci\u00f3n en los anteriores y en otras cadenas que se hab\u00edan enganchado antes a la primera.<\/p>\n

Las excepciones se producen con los grandes acontecimientos hist\u00f3ricos con los cataclismos que producen un corte abrupto en la continuidad de la historia y hacen surgir sociedades diferentes y m\u00e1s o menos desligadas del pasado.
\nCon el tango ocurri\u00f3 un fen\u00f3meno semejante. Son reconocibles sus ra\u00edces, es posible detectar de d\u00f3nde vino, pero como hecho cultural es totalmente independiente de sus or\u00edgenes. Es una de las excepciones que producen los cataclismos. En este caso, el “cataclismo “fueron los miles y miles de inmigrantes de distintos puntos de Europa que llegaron al R\u00edo de la Plata. Que quer\u00edan escapar de la miseria en la que viv\u00edan en sus pa\u00edses y buscaban la fortuna en la patria de adaptaci\u00f3n.<\/p>\n

Unos pocos, proporcionalmente, lo consiguieron y se transformaron en grandes nombres de las finanzas, la industria y el agro rioplatenses, sum\u00e1ndose en el terreno econ\u00f3mico a los apellidos patricios. En otro escal\u00f3n, la gran mayor\u00eda de esos inmigrantes y sus descendientes conformaron las extendidas clases medias de la regi\u00f3n, sector social imprescindible para comprender la evoluci\u00f3n econ\u00f3mica y social del R\u00edo de la Plata. La minor\u00eda que no logr\u00f3 alcanzar los sue\u00f1os que la impulsaron a emigrar, aunque muy importante num\u00e9ricamente, constituy\u00f3 los cinturones proletarios de Buenos Aires y de Montevideo, fundamentalmente. Eran decenas y decenas de miles de familias que viv\u00edan del incipiente desarrollo industrial, apenas con los justo para tener una existencia algo menos que decorosa, pero con valores morales firmemente arraigados y con ansias de progreso econ\u00f3mico latente aunque insatisfechas.<\/p>\n

Ese mundo efervescente fue el partero del tango, el que le cort\u00f3 el cord\u00f3n umbilical, pero tambi\u00e9n al que se llev\u00f3 al hijo lejos de sus padres, para que no se encontrasen.<\/p>\n

As\u00ed, el componente negro desapareci\u00f3 del tango. No hay en el nuevo g\u00e9nero los elementos de percusi\u00f3n propios de la cultura afroamericana, como el tambor o el tamboril, ni el ritmo mel\u00f3dico, ni las formas de cantar y dividir las frases. El tango tiene grandes protagonistas negros como Rosendo Mendiz\u00e1bal, Carlos Posadas, Leopoldo Thompson, Celedonio Flores y Joaqu\u00edn Mora, entre otros formidables personajes de su raza. Pero ellos fueron tangueros por ser hombres y no por ser negros. Como lo afirma Ferrer, el tango, “en todas sus artes – m\u00fasica, danza, poes\u00eda y canto – tiene definiciones sociales, \u00e9ticas, est\u00e9ticas pero no \u00e9tnicas”. Como retrogusto de lo afroamericano solo queda la milonga y su subg\u00e9nero el tango milonga, de corta existencia a pesar de piezas memorables como: El porte\u00f1ito, El Esquinazo y El Torito de \u00c1ngel Villoldo. El que el tango haya dejado de lado la ascendencia africana no quiere decir que \u00e9sta se perdiese. Por el contrario, sobrevive con gran fuerza en la misma milonga, en los milongueros y en el candombe, g\u00e9neros con gran arraigo en Montevideo, donde la raza negra continua teniendo una fuerte y creadora presencia.<\/p>\n

Algo similar ocurre con la influencia de la habanera y del tango espa\u00f1ol, cuyas caracter\u00edsticas desaparecen del tango independientemente y con personalidad propia. Las formas musicales de esos g\u00e9neros, as\u00ed como los temas de las letras y los modos de cantarlas -sustituidos por el particular espa\u00f1ol hablado en el R\u00edo de la Plata – ya no se encuentran en los maduros productos tangueros de comienzo del siglo XIX.<\/p>\n

Como s\u00edmbolo de sus ra\u00edces en las tierras rioplatenses, el tango solo conservo el influjo campero, tanto de la pampa Argentina como del territorio Uruguayo, muchos de cuyos estilos y vidalitas se transformaron en verdaderas obras de arte en el marco de los compases de un tango.<\/p>\n

Al comenzar el siglo XIX, entonces el tango ya era un arte vigoroso e independiente, con cuatro vertientes bien identificables, dominantes algunas de ellas en ciertas \u00e9pocas, pero unidas – m\u00fasica, danza, poes\u00eda y canto – por la creatividad del pueblo de las urbes rioplatenses.<\/p>\n

La base humana del tango es, precisamente, uno de los puntos de mayor pol\u00e9mica al tratar de dilucidar su historia. \u00bfEs esta nueva manifestaci\u00f3n cultural el producto de la creatividad de los bajos fondos, de los delincuentes, de los marginados que pululaban por los \u00e1mbitos portuarios, de los malevos y de las prostitutas, o es un g\u00e9nero nacido aut\u00e9nticamente del pueblo? Los autores se dividen y discuten agriamente. Hay argumento para todos los gustos. Quiz\u00e1 la pregunta fundamental que deba contestarse es si el tango pudo tener su notable vitalidad con el solo sustento de la gente de mal vivir, o si le fue necesario la fuerza que surge del trabajo, del sacrificio de las alegr\u00edas simples y del dolor de los miles y miles de hombres que llegaron a las ciudades rioplatenses buscando mejores condiciones de existencia.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

la historia del Tango, por Giselle Uset<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10679"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=10679"}],"version-history":[{"count":0,"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10679\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=10679"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}