{"id":10748,"date":"2017-10-25T07:56:21","date_gmt":"2017-10-25T07:56:21","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/novela-devorador0\/"},"modified":"2023-03-23T17:11:55","modified_gmt":"2023-03-23T20:11:55","slug":"novela-devorador0","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/novela-devorador0\/","title":{"rendered":"Novelas y cuentos online: El Devorador de Tormentas de Alejandro Franco – Pr\u00f3logo"},"content":{"rendered":"

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Volver al Indice –\u00a0Novelas y Cuentos Online<\/a>\u00a0\/\u00a0Por Alejandro Franco –\u00a0cont\u00e1ctenos<\/a><\/h2>\n

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El siguiente es el cap\u00edtulo inicial de la novela El Devorador de Tormentas<\/strong> de Alejandro Franco que aqu\u00ed publicamos como muestra de contenido. Puede descargar la novela completa en nuestra secci\u00f3n de eBooks<\/a>.<\/p>\n

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Dedicatoria<\/h2>\n

A Dashiell Hammett y sus personajes de lenguas filosas<\/strong><\/em><\/p>\n

A Raymond Chandler, por sus zool\u00f3gicos humanos<\/strong><\/em><\/p>\n

A Carlos Garc\u00eda, un amigo que parti\u00f3 demasiado pronto<\/strong><\/em><\/p>\n

Pr\u00f3logo – Maldiciones Indias<\/strong><\/h2>\n

Argentina, principios del 2002.<\/b><\/p>\n

Era un hombre de bolsillo<\/span><\/i>; peque\u00f1o, portable, sagaz, con pinta de saber todo lo que era \u00fatil saber y al cual siempre era conveniente tener como amigo. A pesar de su corta estatura, su falta de estado f\u00edsico y su aspecto demacrado, era una persona que merec\u00eda respeto. Todas las personas que cargan seis razones indiscutibles durmiendo en el tambor de un rev\u00f3lver siempre merecen respeto.<\/span><\/p>\n

Era un hombre que apenas hab\u00eda pasado los cuarenta aunque ya se ve\u00eda como de cincuenta; su cabello era muy corto y firmemente peinado hacia atr\u00e1s, lo que le daba un aire casi marcial. Las sienes estaban te\u00f1idas de un color gris sucio, como sucede con el pelo que se encanece lentamente. Sus ojos eran marrones y profundos, y ten\u00edan opacado su brillo habitual gracias al esfuerzo de concentrarse en el camino de escasa visibilidad que ten\u00eda por delante; se ocultaban bajo dos gruesas y despeinadas cejas, arqueadas en un notable gesto de preocupaci\u00f3n. En realidad, en aquel momento, todo el rostro del hombre se hallaba transformado en un rictus de esfuerzo mezclado con cansancio; su boca cruel, delgada y casi sin labios, parec\u00eda un tajo en su cara y sosten\u00eda ansiosamente un cigarrillo al que pitaba casi obscenamente. Sus manos estaban agarrotadas en el volante de la camioneta que conduc\u00eda, la que no dejaba de dar saltos debido a las profundas irregularidades del terreno dragado por la lluvia. Sentado casi en la punta del inmenso asiento del conductor, ten\u00eda a su lado un par de mapas y una delgada valija ejecutiva de cuero que rebotaban contra la superficie acolchada del tapizado de forma despreocupada. Su mente maldec\u00eda el estado del tiempo y su vista s\u00f3lo se apartaba del camino para consultar la hora del tablero. <\/span>A\u00fan pod\u00eda llegar a tiempo.<\/span><\/i><\/p>\n

Fuera de la cabina, la noche cubr\u00eda la pradera ocultando sus agradables tonos dorados bajo un manto de negrura. Terreno plagado de pastizales, colinas e islas de \u00e1rboles, el suelo se hab\u00eda transformado en algo casi pantanoso debido a la lluvia constante que azotaba desde hac\u00eda d\u00edas a la regi\u00f3n. Tonos extra\u00f1amente rojizos cubr\u00edan la parte baja de un grupo de nubes que ven\u00eda avanzando morosamente por detr\u00e1s de la camioneta, cubriendo lentamente el cielo, cambiando el color gris monocorde y d\u00e1ndole un aire amenazante. La lluvia estaba mutando en una tormenta de serias proporciones.<\/span><\/p>\n

El hombre pens\u00f3 que podr\u00eda ganarle si manten\u00eda el paso y si no ten\u00eda mayores inconvenientes. Iba cumpliendo con los tiempos planeados, y parec\u00eda ir todo sobre ruedas; lo \u00fanico que no hab\u00eda previsto era el p\u00e9simo clima de aquel d\u00eda. Sent\u00eda su cuerpo tenso, y su mente estaba ansiosa. Cada vez faltaba menos, pens\u00f3, mientras enviaba otra bocanada de humo a estrellarse contra el parabrisas. Pero no ten\u00edan por qu\u00e9 salir mal las cosas.<\/span><\/p>\n

Vio el espejo retrovisor y distingui\u00f3 las nubes rojas que lo persegu\u00edan. <\/span>\u00bfCu\u00e1nto tardar\u00eda en estacionarse esa formaci\u00f3n y estallar la verdadera tormenta?<\/span><\/i> Una hora, quiz\u00e1s dos… Era tiempo m\u00e1s que suficiente.<\/span><\/p>\n

Su mirada volvi\u00f3 al espejo. Aquella formaci\u00f3n era extra\u00f1a. Nac\u00eda en el centro del horizonte y empezaba a extenderse hacia los lados de modo regular. Le parec\u00eda… <\/span>algo vivo.<\/span><\/i> Como una forma org\u00e1nica de conducta inteligente; le son\u00f3 rid\u00edculo su pensamiento, y una sonrisa ilumin\u00f3 su rostro. Despu\u00e9s de todo estaba solo en mitad del campo en plena noche y en medio de una tormenta. Daba pie suficiente para empezar a ver alucinaciones y escuchar ruidos raros; a final de cuentas era as\u00ed como se formaban las leyendas campestres como la luz mala, los demonios de los pastos y las historias de aparecidos.<\/span><\/p>\n

Pero aquel grupo de nubes rojas era realmente inquietante. Se le antoj\u00f3 que eran como un par\u00e1sito gigante, prendido a su hu\u00e9sped y aliment\u00e1ndose de \u00e9l hasta matarlo. O una serpiente enorme que devora a su presa y su cuerpo se deforma, tomando la silueta de su v\u00edctima mientras es digerida en su est\u00f3mago… <\/span>\u00a1S\u00ed!<\/span><\/i> Esa era la imagen que mejor defin\u00eda a lo que estaba contemplando. Cosas como esas hab\u00eda visto en el cable, en los canales de documentales.<\/span><\/p>\n

El hombre quiso hacer esos pensamientos a un lado para volver a concentrarse en el camino, pero segu\u00eda con la vista clavada en aquella formaci\u00f3n. Ahora, de su panza p\u00farpura nac\u00edan fogonazos; su v\u00edctima estaba haciendo esfuerzos desesperados por librarse de sus garras, y sus gritos eran transformados en d\u00e9biles truenos que explotaban en la lejan\u00eda.<\/span><\/p>\n

Su padre le hab\u00eda contado cosas como esas cuando era ni\u00f1o. Despu\u00e9s de todo, \u00e9l hab\u00eda nacido a unos treinta kil\u00f3metros de all\u00ed y hab\u00eda migrado cuando era adolescente a la ciudad, pero se hab\u00eda formado en el campo con todas sus virtudes y todos sus vicios, y sab\u00eda todas las historias habidas y por haber; su padre era un chacarero de toda la vida y conoc\u00eda miles de relatos y leyendas que le contaba todas las noches antes de dormirse.<\/span><\/p>\n

Pobre viejo.<\/span><\/i> Hab\u00eda crecido bastante con much\u00edsimo esfuerzo a trav\u00e9s de los a\u00f1os, y hab\u00eda terminado perdi\u00e9ndolo todo en la hiperinflaci\u00f3n del \u00b489. La crisis se llev\u00f3 los campos, el dinero y tambi\u00e9n el coraz\u00f3n de su padre. Tuvo que salir de la adolescencia de golpe; inundado por las deudas de su viejo y con su madre a cargo, decidi\u00f3 que lo mejor era migrar a la gran ciudad y empezar desde cero, consiguiendo un trabajo… pero \u00e9sa ya era otra historia. Su mente quer\u00eda quedarse con el recuerdo de su padre enfundado en un mameluco azul sucio de tierra, sentado en un banquito al lado de su cama, y cont\u00e1ndole historias irreales a la luz de una l\u00e1mpara de kerosene. Parec\u00eda que su nariz percib\u00eda el olor agrio del combustible quem\u00e1ndose, y sinti\u00f3 por un momento que estaba regresando a su hogar.<\/span><\/p>\n

    \n
  • Cu\u00e9ntame alguna historia.<\/span><\/li>\n<\/ul>\n

    Su viejo le sonre\u00eda con ternura y su rostro se llenaba de miles de arrugas con el gesto. En su mirada buscaba, en el gigantesco archivo de su mente, f\u00e1bulas y relatos fant\u00e1sticos para entretenerlo hasta que el sopor se apoderara de su cuerpo y cayera en un pl\u00e1cido sue\u00f1o; y, despu\u00e9s, aquel c\u00e1lido beso en su frente que le deseaba las buenas noches.<\/span><\/p>\n

      \n
    • Cu\u00e9ntame alguna historia.<\/span><\/li>\n<\/ul>\n

      Y su padre cruzaba las piernas, moviendo r\u00edtmicamente el pie en el aire mientras las fantas\u00edas flu\u00edan por su boca; y vino a su mente aquel relato sobre tormentas.<\/span><\/p>\n

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      • Hay una vieja leyenda india que habla de un cacique enamorado de la Luna. -comenzaba a narrar…<\/span><\/li>\n<\/ul>\n

        El cacique era hijo de la Diosa Nube y del Dios de los Cielos Celestes, que hab\u00edan engendrado a un mortal para que poblara la Tierra y liderara al pueblo que formara con sus hijos y nietos. Su destino era de gloria, su belleza era cautivante, su fortaleza era abrumadora, y su valent\u00eda era infinita; aunque su cuerpo era de carne, su esp\u00edritu era divino, y ten\u00eda todas las cualidades de un Dios hecho hombre. Deb\u00eda engendrar a una tribu de elegidos, un pueblo que dominara la naturaleza y al resto de los hombres de otras razas que habitaran el planeta. Pero entre tantas virtudes heredades, faltaba una que era la m\u00e1s importante: la humildad.<\/span><\/p>\n

        Era arrogante y osado, ya que \u00e9l mismo se consideraba por encima del resto, debido a la sangre divina que corr\u00eda por sus venas; y no reparaba en las limitaciones que le impon\u00eda el poseer un cuerpo humano. Por ello, desafiaba a dioses y mortales por igual, triunfando sobre ellos por su astucia e inteligencia.<\/span><\/p>\n

        Pero a\u00fan el mortal invencible pod\u00eda cometer errores.<\/span><\/p>\n

        Como era la tradici\u00f3n, los padres conven\u00edan el casamiento de sus hijos; y la Nube y el Cielo arreglaron la uni\u00f3n con la hija de la Luna y el Sol, que eran los dioses m\u00e1s poderosos del firmamento y que reg\u00edan al resto de divinidades. Ellos tambi\u00e9n reg\u00edan los destinos de los hombres d\u00e1ndoles luz y calor de d\u00eda, y velando sus sue\u00f1os por las noches. Adem\u00e1s, la estirpe a crear tendr\u00eda ra\u00edces en lo m\u00e1s selecto de la casta divina.<\/span><\/p>\n

        Como estaba acordado, el cacique celebr\u00f3 matrimonio con la hija de los dioses. Su nombre era Lluvia, y su belleza era tan grande como lo era su ingenuidad. Con ella, el cacique tuvo numerosa descendencia y form\u00f3 un pueblo guerrero, al cual comandaba en cada una de sus batallas. Y todo parec\u00eda indicar que estaba en sus carriles, porque tanto dioses como indios estaban contentos con el cacique y su esposa, y con la gloria guerrera de la naci\u00f3n india.<\/span><\/p>\n

        Porque el cacique, al frente de su naci\u00f3n, libraba continuas batallas por dominar la Tierra; sangrientos combates donde razas enteras se somet\u00edan o desaparec\u00edan, ya que el ej\u00e9rcito indio ten\u00eda el padrinazgo de los Dioses m\u00e1s poderosos. Se cuenta de la batalla m\u00e1s cruenta, donde debieron enfrentar a los hijos del Dios del Abismo, que perecieron despu\u00e9s de combatir siete d\u00edas con sus noches. Abismo era un Dios resentido que hab\u00eda sido condenado a las profundidades y a no ver jam\u00e1s la luz, porque hab\u00eda pretendido a la Luna, la mujer del Dios Sol. Sus hijos batallaban para reclamar la Tierra para s\u00ed y poder devolverle la gloria perdida a su padre (y reinar sobre la superficie); al ver \u00e9ste la masacre de sus descendientes, decidi\u00f3 vengarse tanto del cacique como de su amada imposible en una misma jugada.<\/span><\/p>\n

        Por la ferocidad del combate, el cacique hab\u00eda salido con graves heridas; Abismo envi\u00f3 a uno de sus mensajeros, Susurro, el que entr\u00f3 disfrazado de brisa a la alcoba divina y le murmur\u00f3 a Luna al o\u00eddo, durante el sue\u00f1o, que su yerno corr\u00eda grave peligro. La diosa acudi\u00f3 a la noche siguiente y, tal como esperaba Abismo, su impresionante belleza hizo que el cacique se enamorara de ella.<\/span><\/p>\n

        As\u00ed hab\u00eda comenzado una historia secreta. En las noches, mientras los dioses y los humanos dorm\u00edan, el cacique se encontraba a solas con la Luna y se amaban hasta el amanecer. Como Sol reg\u00eda de d\u00eda, y su amada de noche, nunca podr\u00eda enterarse del romance prohibido… hasta que la pasi\u00f3n fue m\u00e1s fuerte y Luna qued\u00f3 esperando un hijo de aquella relaci\u00f3n furtiva, poniendo en evidencia el hecho.<\/span><\/p>\n

        Al enterarse, el dios Sol estaba incr\u00e9dulo; era inimaginable pensar en una afrenta a ellos, ya que eran la fuente de vida de los hombres. Pero lo hecho, hecho estaba, y sobre ellos decidi\u00f3 caer las m\u00e1s profundas de las maldiciones. A su amada le quit\u00f3 toda luz propia, conden\u00e1ndola a reflejar los rayos que sal\u00edan de su cuerpo. As\u00ed el Sol se asegurar\u00eda que la Luna siempre le fuera fiel, y si lo abandonaba, morir\u00eda en la negrura de la oscuridad.<\/span><\/p>\n

        Al hijo de aquella relaci\u00f3n ileg\u00edtima lo arrebat\u00f3 de las entra\u00f1as de Luna, antes de nacer, y lo transform\u00f3 en un demonio que habitaba en el aire, en forma de una nube roja e infernal, que azotaba a la Tierra y especialmente a la raza procreada por el cacique. Cubrir\u00eda el firmamento, devorando a sus consuegros que eran el Cielo y la Nube, y ocultar\u00eda a la Luna de la mirada de su amante terrenal. Azotar\u00eda la Tierra con rayos y truenos, persiguiendo a su progenitor humano y a su pueblo, buscando venganza por la maldici\u00f3n que sus amor\u00edos hab\u00edan hecho caer sobre \u00e9l; y lo llam\u00f3 <\/span>el Devorador de Tormentas.<\/span><\/i><\/p>\n

        Y gran parte de la ira del dios Sol fue causada por su el fallecimiento de su hija Lluvia, cuyo coraz\u00f3n no resisti\u00f3 la noticia de la traici\u00f3n de su esposo. Su padre tom\u00f3 una de sus l\u00e1grimas y la dej\u00f3 llevar por el viento, transform\u00e1ndola en miles, las que ca\u00edan sin cesar cada vez que hallaban al cacique.<\/span><\/p>\n

        La historia concluye contando que, al perseguirlo el demonio y ocultarle la luz tanto de d\u00eda como de noche durante muchos a\u00f1os, asedi\u00e1ndolo con su furia y azotado por el esp\u00edritu de su difunta amada que inundaba la Tierra, el cacique y su pueblo fueron pereciendo en las batallas que libraban con otras naciones; y en la \u00faltima noche, cuando quedaba tan solo \u00e9l y un pu\u00f1ado de su pueblo, y siendo asediado por razas rivales, el cacique decidi\u00f3 que tanto \u00e9l como sus primog\u00e9nitos deb\u00edan perecer por mano propia, agotados por la persecuci\u00f3n que hab\u00edan sido objeto. La pradera se cubri\u00f3 de sangre y el demonio atrap\u00f3 las almas de los \u00faltimos indios de la raza del cacique, tal como hab\u00eda hecho con las almas anteriores, devor\u00e1ndolas y conden\u00e1ndolas a vivir en su est\u00f3mago, provocando los resplandores rojos de su cuerpo.<\/span><\/p>\n

        El hombre volvi\u00f3 a sonre\u00edr; no cre\u00eda recordar tan bien la historia como lo hizo. Quiz\u00e1s hab\u00eda sucedido porque se trataba de una de las m\u00e1s bellas que le hab\u00eda contado su padre.<\/span><\/p>\n

        Parec\u00eda incre\u00edble que todo eso hubiera pasado hace poco m\u00e1s de veinte a\u00f1os\u2026 C\u00f3mo cambia la gente con el tiempo. C\u00f3mo las personas pierden violentamente su ingenuidad cuando entran a la madurez. Cu\u00e1ntas ilusiones que se pierden, cu\u00e1ntos sue\u00f1os que se van muriendo con cada a\u00f1o que pasa\u2026<\/span><\/p>\n

        Precisamente la muerte de su padre fue el primer paso en el largo proceso de desencanto. \u00bfDe qu\u00e9 vale el trabajo y el esfuerzo de a\u00f1os cuando en unos d\u00edas queda pulverizado?\u00bfQui\u00e9n pod\u00eda imaginar aquella crisis rel\u00e1mpago que disparar\u00eda precios, costos y deudas al 1. 000 % en un mes? Fue el primer indicio de que las ense\u00f1anzas de su padre no se condec\u00edan con la realidad; que no siempre el trabajo es el mejor medio para hacer fortuna.<\/span><\/p>\n

        El transpirar la gota gorda, el estudiar, el ser un gran negociante con olfato para los negocios, el heredar una fortuna para manejarla\u2026 <\/span>todas idioteces<\/span><\/i>. Nadie hace fortuna trabajando en este pa\u00eds; porque los amorales, corruptos e incapaces de siempre son los que tienen el mando, y siempre terminan arruin\u00e1ndole la vida a la gente. \u00c9l ya lo ten\u00eda estudiado:<\/span> era un proceso c\u00edclico de cagadas.<\/span><\/i> En el `76, en el `80, en el `89\u2026 el `91\u2026 y el peor, el a\u00f1o pasado – la brutal crisis del 2001 -. No\u2026 es realmente dif\u00edcil amar a un pa\u00eds que mata a su gente, que le quita sus propiedades, que arruina el esfuerzo de toda una vida\u2026 <\/span>que lo roba constantemente.<\/span><\/i><\/p>\n

        Ese era el t\u00e9rmino: <\/span>robo<\/b>. Un robo sistem\u00e1tico de cosas materiales como el dinero, y de m\u00e1s et\u00e9reos como los sue\u00f1os y las esperanzas. Quiz\u00e1s por todo esto, \u00e9l se consideraba un hijo dilecto del pa\u00eds: un hijo de puta que aprovechaba cualquier ocasi\u00f3n y ventaja para quedarse con lo ajeno, o para incrementar lo suyo amenazando a los dem\u00e1s.<\/span><\/p>\n

        \u00c9l no quer\u00eda ser as\u00ed; <\/span>ellos <\/span><\/i>lo hab\u00edan hecho as\u00ed, a su imagen y semejanza: militares y pol\u00edticos. Todos, la misma mierda con distinto olor.<\/span><\/p>\n

        El segundo paso del desencanto fue entrar a la polic\u00eda y descubrir la corrupci\u00f3n que empapaba a casi toda la fuerza. Qu\u00e9 terrible resultaba que, si uno pertenec\u00eda al peque\u00f1o grupo de honestos, pon\u00eda su vida en riesgo siendo amenazado por sus propios compa\u00f1eros. \u00bfArriesgar la vida por un sueldo miserable?\u00bfSer usado para chocar con manifestaciones que los mismos pol\u00edticos que lo comandaban hab\u00edan mandado?\u00bfIntentar ser el brazo ejecutor de la justicia cuando oficiales y jueces recib\u00edan sobres por debajo de la mesa?<\/span> No, gracias.<\/span><\/i> Con el tiempo hab\u00eda aprendido a dejar de ser est\u00fapido y se volvi\u00f3 un pragm\u00e1tico.<\/span><\/p>\n

        \u201cLo siento, padre, pero tus dichos son basura en esta \u00e9poca; y no voy a morir pobre pero honrado, abandonado en una zanja, o asesinado por el hambre de una jubilaci\u00f3n indigna\u201d.<\/span><\/i><\/p>\n

        El primer paso de su carrera fue codearse con los jefes. Observ\u00f3 sus movimientos; los habituales y rutinarios, y tambi\u00e9n los secretos y camuflados. Comenz\u00f3 pidiendo dinero a los comercios; despu\u00e9s se meti\u00f3 con lo ilegal, que reportaba mucho m\u00e1s dinero y m\u00e1s r\u00e1pido: prostitutas, travestis, cabarets, vendedores de droga\u2026 La mensualidad comenz\u00f3 a crecer y su vida, acostumbrada a los sacrificios, le permiti\u00f3 probar todos los placeres que el dinero pod\u00eda comprar. Su vida se descarri\u00f3 y en seis meses se encontr\u00f3, un d\u00eda, con un rev\u00f3lver que \u00e9l mismo hab\u00eda puesto en la boca. Todo su ser le exig\u00eda que el plomo se incrustara en su cerebro, acabando con la tormenta interna que libraba y que se hab\u00eda salido de control; y cuando el gatillo se tranc\u00f3, tom\u00f3 eso como una se\u00f1al de que a\u00fan no era su momento y que el destino lo reservaba para otras cosas.<\/span><\/p>\n

        \n

        Sin ser religioso, dio gracias a Dios por aquel m\u00edsero milagro; <\/span>si supiera que el mismo Se\u00f1or hubiera apretado el gatillo de saber lo que har\u00eda despu\u00e9s.<\/span><\/i><\/p>\n

        No se regener\u00f3 en absoluto; solo se disciplin\u00f3. Abandon\u00f3 la droga a tiempo, y se midi\u00f3 en el resto de los vicios, de manera de tener la mente limpia y despejada para poder operar.<\/span><\/p>\n

        Foment\u00f3 el vicio entre sus compa\u00f1eros, con tal de hacerse proveedor y poder controlarlos. Hizo contactos subterr\u00e1neos con los mafiosos que apa\u00f1aban a su jefe, y logr\u00f3 desplazarlo, acaparando para s\u00ed sus negocios. Comenz\u00f3 a sondear en las capas ricas de la sociedad a aquellos que hubieran hecho dinero demasiado r\u00e1pido; de esa forma, pas\u00f3 de simples coimas de barrio a ser participante en el gran tr\u00e1fico\u2026 <\/span>de lo que fuera<\/span><\/i>: desde armas hasta droga, desde extranjeros ilegales hasta prostitutas\u2026 y con los pandilleros de poca monta comenz\u00f3 a armar una red de comercializaci\u00f3n para sus actividades de \u201cimportaci\u00f3n\u201d.<\/span><\/p>\n

        \u00a1Oh s\u00ed! \u00c9l era tan solo un pe\u00f3n bien organizado e instruido que hab\u00eda llegado a capataz; pero hab\u00eda a\u00fan gente peor, con m\u00e1s dinero y organizaci\u00f3n, por encima de \u00e9l; y otros por encima del anterior… y as\u00ed una lista infinita. Porque en la corrupci\u00f3n hay tantos niveles como porcentajes de la \u201cmordida\u201d que puedan ser distribuidos.<\/span><\/p>\n

        Y, como cereza del postre, la <\/span>DEA<\/b> lo hab\u00eda llamado como agente libre, algo as\u00ed como un asesor eventual, con el plus que encima le pagaban.<\/span><\/p>\n

        Quiz\u00e1s estaba muy cebado, aunque era una persona que hab\u00eda tomado la costumbre de bajarse permanentemente a tierra y encontrar el lado negativo de todo para poder analizarlo con objetividad. Y si la <\/span>DEA <\/b>lo hab\u00eda llamado era, o porque hab\u00eda fabricado un expediente impecable, o porque lo quer\u00edan mirar con una lupa y seguirlo hasta el ba\u00f1o, ya que \u00e9l conoc\u00eda a medio mundo del hampa criolla. El trato ya llevaba seis meses, y tanto \u00e9l como sus fuentes de informaci\u00f3n le aseguraban que los yanquis no lo ten\u00edan en la mira. Sonaba terriblemente extra\u00f1o, \u00bfno?<\/span><\/p>\n

        Quiz\u00e1s era la edad\u2026 quiz\u00e1s ya se hab\u00eda saturado de todo eso\u2026 quiz\u00e1s sus nervios se hab\u00edan resentido con todo lo que hab\u00eda vivido, pero hab\u00eda comenzado a sentir la tensi\u00f3n de creer ser permanentemente vigilado. Cada d\u00eda era m\u00e1s largo y denso, y la concentraci\u00f3n en su tarea era cada vez m\u00e1s dif\u00edcil; y sab\u00eda que un d\u00eda de estos iba a cometer un error, iba a quedar en evidencia, y lo iban a atrapar. Y cuando llegara ese d\u00eda, lo meter\u00edan preso; si era aqu\u00ed, hasta quiz\u00e1s pudiera seguir manejando los hilos desde una celda, y se cre\u00eda capaz de controlar a un grupo de reclusos con tal de armar una banda de guardaespaldas, ante cualquier eventualidad. Pero si lo deportaban\u2026 o si la <\/span>DEA<\/b> iniciaba alguna peque\u00f1a operaci\u00f3n de inteligencia, como rumoreando que \u00e9l fuera un delator, probablemente ser\u00eda hombre muerto. Si mor\u00eda estaba bien, \u00e9l pod\u00eda aceptarlo; era el destino natural de su modo de vida. El problema era el c\u00f3mo: los yanquis gustaban del juego sucio, y hacerle fama de sopl\u00f3n har\u00eda que lo atraparan y lo torturaran\u2026 Aquello ya era un riesgo que no estaba dispuesto a correr.<\/span><\/p>\n

        Con esas perspectivas, comenz\u00f3 a planear su retiro y a tramar su huida. Lentamente comenz\u00f3 a movilizar sus fondos hacia el Uruguay, preparando su escapatoria… pero la crisis de Diciembre y el \u201ccorralito\u201d, el dichoso dictamen que se apoderaba de su dinero en los m\u00faltiples bancos que ten\u00eda depositado, hab\u00edan arruinado por completo su estrategia. Ir\u00f3nicamente, al igual que su padre, el gobierno se hab\u00eda encargado de arruinar su fortuna, qued\u00e1ndose con sus ahorros tal como lo hab\u00eda hecho con los de mucha gente honesta. Y ninguno de los resortes, palancas o influencias que conoc\u00eda lo hab\u00eda podido ayudar sin ponerse en evidencia frente a la <\/span>DEA<\/b>.<\/span><\/p>\n

        Cu\u00e1ntas noches en vela hab\u00eda tenido desde entonces… rebajado al mismo destino que el resto de los mortales, abandonado por sus padrinos como el cacique de la f\u00e1bula. Ahora todos ten\u00edan un serio problema de financiamiento porque, a final de cuentas, <\/span>\u00bfqui\u00e9n iba a traficar con tarjeta de d\u00e9bito?<\/span><\/i> Los billetes desaparecieron de la calle, los negocios se fundieron\u2026 incluyendo los ilegales, que estaban siendo amenazados de una par\u00e1lisis mortal por la falta de dinero contante y sonante. Deb\u00eda pensar en otra soluci\u00f3n; algo r\u00e1pido y efectivo.<\/span><\/p>\n

        Y la oportunidad se le present\u00f3 bastante r\u00e1pido.<\/span><\/p>\n

        Le presentaron a un brasilero, nuevo en el negocio; un tipo que se le antoj\u00f3 h\u00e1bil en lo suyo como era la prostituci\u00f3n, pero absolutamente novato en el tema de la droga. Excesivamente confiado. Incre\u00edblemente oportuno.<\/span><\/p>\n

        El brasilero, de forma totalmente m\u00e1gica, hab\u00eda conseguido un mill\u00f3n de verdes. Probablemente con la veda de plata habr\u00eda hecho malabarismos, pidiendo prestado a medio mundo. \u00c9l hab\u00eda hecho el contacto con el <\/span>dealer<\/span><\/i>, y estaba preparado para canjear el vag\u00f3n de d\u00f3lares contra unos buenos kilos de la mejor y m\u00e1s pura coca\u00edna colombiana.<\/span><\/p>\n

        Parec\u00eda que la suerte se hab\u00eda puesto de su lado nuevamente.<\/span><\/p>\n

        Hab\u00eda comenzado a instrumentar su plan aprisa; el tiempo restante para que se efectuara la transacci\u00f3n era corto, apenas unos d\u00edas. Primero, revis\u00f3 en la <\/span>DEA<\/b> si este <\/span>dealer<\/span><\/i> – que era un estanciero – estaba siendo investigado. As\u00ed era; aunque ya hab\u00eda hecho tratos con \u00e9l en ocasiones, nunca los hab\u00eda hecho en su guarida. Afortunadamente, los yanquis ten\u00edan localizado el lugar, y fotocopiadora mediante, le hab\u00edan provisto de unas hermosas fotos a\u00e9reas que le servir\u00edan de plano para trazar una t\u00e1ctica.<\/span><\/p>\n

        Segundo, el plan de ataque. \u00c9l conoc\u00eda personalmente a la guardia del estanciero; pr\u00e1cticamente no estaba solo siquiera en el ba\u00f1o, por lo que las veces que lo hab\u00eda visto le serv\u00edan de sobra para reconocer la clase de sujetos que formaban su custodia personal. Algunos polic\u00edas que optaron tempranamente por el retiro ante un sueldo mejor, y un par de matones sin demasiado entrenamiento. Por su lado, la <\/span>DEA<\/b> lo hab\u00eda asistido con invaluables clases de entrenamiento de campo, prepar\u00e1ndolo para un eventual combate en tierra aqu\u00ed o en Colombia. As\u00ed que no representar\u00edan un problema t\u00e1ctico si se segu\u00eda un plan ordenado. Y por otra parte estaban armados con pistolas de modelo anticuado, que en su momento la polic\u00eda hab\u00eda descartado por sus problemas mec\u00e1nicos. Inexpertos y mal armados. \u00a1Bien!<\/span><\/p>\n

        Pero… <\/span>\u00bfpor d\u00f3nde empezar el ataque?<\/span><\/i> No pod\u00eda entrar a los balazos limpios. Deb\u00eda hacerlo de modo comando, \u00e9l solito y sin ning\u00fan respaldo. Posibles socios contratados significar\u00edan eventuales traidores. Porque el bot\u00edn era muy grande: el mill\u00f3n de d\u00f3lares del brasilero… y la coca\u00edna que iban a comprar con \u00e9l, que rebajada y a precios de mercado, rendir\u00edan unos cuantos millones m\u00e1s. Un plan de retiro m\u00e1s que aceptable, siempre y cuando supiera refugiarse muy bien, ya que la mano de los colombianos era muy larga y pod\u00eda pescarlo en cualquier rinc\u00f3n del mundo. Pero bien val\u00eda el riesgo.<\/span><\/p>\n

        Comenzar\u00eda por los caseros.<\/span><\/i> No conven\u00eda dejar testigos, pues la casa del personal de servicio estaba a una distancia media, ni lejos ni cerca del blanco principal. Adem\u00e1s pod\u00edan alertar a la polic\u00eda local y, en todo caso, complicarle la huida.<\/span>
        \n<\/span>Segundo, <\/span>los matones<\/span><\/i>. Para llegar a ellos, primero \u00e9stos deb\u00edan permanecer en sus puestos, no deb\u00edan enterarse de su llegada ni del asesinato del resto del personal. As\u00ed que deber\u00eda tener un arma especial.<\/span><\/p>\n

        Se fue de compras al dep\u00f3sito de la polic\u00eda; all\u00ed se almacenan millones de pruebas de casos que estaban (o estuvieron) en juicio: balas, cuchillos, pasaportes falsos… Tom\u00f3 un pasaporte falso para remodelar a su gusto, y busc\u00f3 un arma portable que pudiera pasar por el laxo puesto de control del dep\u00f3sito. No ser\u00eda una M16, pero s\u00ed encontr\u00f3 una pistola Taurus FT 9 mm con ca\u00f1\u00f3n modificado a rosca y un silenciador. S\u00ed, las se\u00f1ales se estaban sucediendo; los buenos augurios como encontrar los elementos que precisaba sin problemas, o que le ca\u00edan del cielo le indicaban que estaba en el camino correcto. Tuvo la suerte que un mat\u00f3n colombiano vino a ajustar cuentas y fue detenido en el aeropuerto de Ezeiza con ese arsenal. Con esa arma llegar\u00eda al primer objetivo sin problemas; y al segundo, los guardias armados, tambi\u00e9n ser\u00eda f\u00e1cil de despachar.<\/span><\/p>\n

        Tercero, <\/span>el estanciero<\/span><\/i>. Ser\u00eda un problema menor, habiendo superado los anteriores. Lo \u00fanico que podr\u00eda complicar era si no ten\u00eda el dinero a mano al momento de la transacci\u00f3n. No se imaginaba volando la puerta de una caja fuerte, aunque dispondr\u00eda de tiempo suficiente cuando terminara de liquidar los obst\u00e1culos humanos, si era preciso.<\/span><\/p>\n

        Cuarto, <\/span>los colombianos<\/span><\/i>. Ese era el problema m\u00e1s dif\u00edcil de resolver; siempre iban bien artillados, generalmente con metralletas. \u00bfPodr\u00eda sorprenderlos antes de que gatillaran? Por un momento evalu\u00f3 si hacer la operaci\u00f3n antes de su llegada, y escapar s\u00f3lo con el dinero. No, el premio era demasiado jugoso como para dejarlo escapar. Adem\u00e1s, los colombianos nunca hab\u00edan tenido ning\u00fan enfrentamiento directo durante el tiempo que operaban en la Argentina; los operativos policiales hab\u00edan descubiertos dep\u00f3sitos o cargamentos en tr\u00e1nsito, pero nunca una operaci\u00f3n directa y privada. Contaba con ese factor de sorpresa.<\/span><\/p>\n

        Podr\u00eda utilizar alguna de las armas de los guardaespaldas, o su viejo rev\u00f3lver Smith & Wesson reglamentario – qu\u00e9 importaba si rastreaban el arma, total para ese momento \u00e9l estar\u00eda muy, muy lejos – . Con dos armas, podr\u00eda hacer frente a las metralletas; la que ten\u00eda silenciador podr\u00eda liquidar limpiamente en segundos a un par de ellos; con el resto deber\u00eda mantener un tiroteo, ya que el factor sorpresa ya habr\u00eda desaparecido para entonces. Deber\u00eda improvisar sobre la marcha en ese punto y, como \u00faltimo recurso, disparar\u00eda al tanque del avi\u00f3n para que explotara. Si las cosas se pon\u00edan demasiado dif\u00edciles, volar\u00eda todo incluyendo la droga, con tal de salvar el pellejo; y depender\u00eda de su habilidad como tirador para mantener a los extranjeros acorralados en el aparato.<\/span><\/p>\n

        Luego, la huida. Tal como hab\u00eda llegado. Pero, \u00bfpor d\u00f3nde llegar?<\/span><\/p>\n

        Nuevamente, la informaci\u00f3n de inteligencia yanqui acudi\u00f3 en su auxilio. Un mapa orogr\u00e1fico denotaba un arroyo subterr\u00e1neo debajo de la propiedad del estanciero; observadores hab\u00edan dejado nota de recientes obras en la estancia y de la posibilidad casi certera que aquello fuera remodelado y usado como t\u00fanel de escape. Como no ten\u00eda m\u00e1s informes, no sab\u00eda exactamente si ese t\u00fanel llegar\u00eda hasta la estancia, o seguir\u00eda de largo incluso hasta la casa de personal de servicio. Eso ser\u00eda otro elemento que descubrir\u00eda y resolver\u00eda sobre la marcha; de \u00e9l depend\u00eda por d\u00f3nde saldr\u00eda a la superficie, y a cu\u00e1l de sus objetivos atacar primero.<\/span><\/p>\n

        \u00daltimo punto; la salida del pa\u00eds. Con el pasaporte falso debidamente arreglado, decidi\u00f3 que lo mejor era utilizarlo… en otro pa\u00eds. Deber\u00eda salir de la Argentina a escondidas. Su buena suerte continuaba; el estanciero estaba a escasos kil\u00f3metros del r\u00edo Paran\u00e1, y podr\u00eda vadearlo hasta el Uruguay.<\/span><\/p>\n

        Se tom\u00f3 un fin de semana para inspeccionar la zona cercana a la estancia. Recorri\u00f3 y encontr\u00f3 un pueblito diminuto escondido entre los brazos del r\u00edo. Compr\u00f3 una lancha r\u00e1pida y suficientemente chata como para no hacer demasiado bulto en el radar. Tambi\u00e9n alquil\u00f3 una casa sobre el r\u00edo con muelle propio, y escondi\u00f3 all\u00ed la lancha.<\/span><\/p>\n

        Estaba todo listo… mentalmente repas\u00f3 notas y planes, y no parec\u00eda dejar cabos sueltos. Salvo un par de detalles, estaba todo cuidadosamente compaginado. El resto depend\u00eda de la suerte; y su experiencia lo hab\u00eda hecho acu\u00f1ar una frase de cabecera: <\/span>no existe mala suerte, solo malas decisiones.<\/span><\/i><\/p>\n

        Estaba convencido de haber tomado las mejores decisiones.<\/span><\/p>\n

        Pero por m\u00ednimo que fuera, algo depend\u00eda de los azares del destino… como suced\u00eda esa noche, con una tormenta no planeada acerc\u00e1ndose. Volvi\u00f3 a contemplar el espejo retrovisor, y a la masa rojiza que iba devorando al cielo.<\/span><\/p>\n

        \u00bfSuspender\u00edan el vuelo por mal tiempo? Su plan se basaba en el dato confirmado de la operaci\u00f3n pactada para aquella noche. Pero si la dilataban… \u00bfc\u00f3mo enterarse de la nueva fecha y hora de contacto? No podr\u00eda, no habr\u00eda forma de averiguarlo\u2026 ni tampoco \u00e9l podr\u00eda postergarlo. El tiempo corr\u00eda tambi\u00e9n para \u00e9l, as\u00ed que esa misma noche deb\u00eda suceder todo s\u00ed o s\u00ed. Y de la estancia saldr\u00eda con el dinero y la droga, o s\u00f3lo con el dinero.<\/span><\/p>\n

        La lluvia comenz\u00f3 a arreciar con m\u00e1s fuerza contra el parabrisas de la camioneta. La visibilidad desapareci\u00f3 casi por completo. Quiz\u00e1s hab\u00eda calculado mal los tiempos, y la tormenta llegara antes de lo previsto. Maldijo al tiempo. S\u00f3lo tendr\u00eda una oportunidad, un disparo y deb\u00eda efectuarlo aquella noche aunque el cielo se viniera abajo. Tambi\u00e9n complicar\u00eda la operaci\u00f3n; se dilatar\u00edan los tiempos, ya que el suelo estar\u00eda resbaladizo… fangoso, lo que tambi\u00e9n dificultar\u00eda el escape.<\/span><\/p>\n

        Hubo un rel\u00e1mpago gigante cortando al cielo en dos; el resplandor pareci\u00f3 iluminar la pradera como un Sol de noche. Y, entonces, la lluvia ces\u00f3.<\/span><\/p>\n

        No pudo salir de su asombro; vio la hora y supo que a\u00fan ten\u00eda tiempo de sobra. Detuvo la camioneta en lo alto de una loma y, sin apagar el motor, se ape\u00f3 de la misma.<\/span><\/p>\n

        La c\u00fapula celestial era una inmensa alfombra roja y bord\u00f3, plena de refucilos y peque\u00f1as explosiones amenazantes. No hab\u00eda divisiones de ning\u00fan tipo en aquella formaci\u00f3n. El gigante rojo hab\u00eda ganado la carrera mientras manejaba pensando en aquellos recuerdos; y por lo visto, le hab\u00edan hecho un favor. Incluso el inc\u00f3modo fresco nocturno hab\u00eda desaparecido, mutando en una suave y c\u00e1lida brisa.<\/span><\/p>\n

        Sonri\u00f3 con satisfacci\u00f3n; los problemas se resolv\u00edan solos. Se inclin\u00f3 sobre el asiento del conductor, tom\u00f3 uno de los mapas, y de la guantera extrajo un par de binoculares de tipo militar.<\/span><\/p>\n

        A doscientos metros hab\u00eda un arroyo; por los accidentes geogr\u00e1ficos, pudo ubicarse en el plano. Estaba bien encaminado, mejor de lo previsto. Incluso cuando sus ojos observaron por los prism\u00e1ticos el recorrido de la v\u00eda acu\u00e1tica, descubri\u00f3 un gran manch\u00f3n oscuro sobre su orilla. Aquella deb\u00eda ser la cueva mencionada en los informes. Al primer intento hab\u00eda hecho blanco; ya no tendr\u00eda que explorar medio territorio para intentar ubicarla.<\/span><\/p>\n

        Ahora su vista subi\u00f3 por el paisaje, y descubri\u00f3 a un par de kil\u00f3metros un par de formaciones iluminadas; deb\u00eda ser el casco de la estancia… y a un costado una hilerita de luces tintineaba como si fueran una fila de luci\u00e9rnagas hist\u00e9ricas. Deber\u00eda ser la pista de aterrizaje improvisada, posiblemente con tanques de aceite prendidos fuego.<\/span>
        \n<\/span>Sonri\u00f3 nuevamente; devolvi\u00f3 los enseres al interior de la camioneta, y tom\u00f3 el malet\u00edn de cuero. Lo abri\u00f3 y una pistola de impecable pavonado plateado lo salud\u00f3, encandil\u00e1ndolo con el brillo de su reflejo. La tom\u00f3, la carg\u00f3 y la dej\u00f3 preparada, sin seguro. Volvi\u00f3 a guardarla y permaneci\u00f3 un momento al costado de la camioneta, parado, observando la vista que ten\u00eda ante sus ojos.<\/span><\/p>\n

        Tom\u00f3 un cigarrillo, lo encendi\u00f3 y le dio una fuerte y larga pitada. El humo de tabaco inund\u00f3 sus pulmones y lentamente lo dej\u00f3 salir por la nariz. Su boca parec\u00eda incontrolable, y su sonrisa se transform\u00f3 en sonora carcajada.<\/span><\/p>\n

        Sus augurios segu\u00edan cumpli\u00e9ndose, su buena estrella no lo hab\u00eda abandonado. Aquella era su noche de suerte.<\/span><\/p>\n

        Mir\u00f3 por \u00faltima vez al cielo y al gigante rojo. Crey\u00f3, por un instante, que el esp\u00edritu de su padre estaba all\u00ed, en la tormenta, apadrin\u00e1ndolo, velando para que todo saliera bien. Transformado en el Devorador de Tormentas de sus f\u00e1bulas de ni\u00f1ez, custodi\u00e1ndolo, vigilando que nada ni nadie le hiciera da\u00f1o, quitando los problemas de su camino.<\/span><\/p>\n

        Salud\u00f3 al cielo, lanz\u00f3 el cigarrillo y entr\u00f3 a la camioneta. Cerr\u00f3 la puerta, baj\u00f3 la ventanilla y vaci\u00f3 el humo de sus pulmones, recambi\u00e1ndolo por el aire fresco del campo. Una bocanada de vida. De nueva vida, de lo que vendr\u00eda.<\/span><\/p>\n

        Y se lanz\u00f3 a toda velocidad hacia su cita con el destino.<\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

        el devorador de tormentas, una novela policial de Alejandro Franco – capitulo 0<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10748"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=10748"}],"version-history":[{"count":0,"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10748\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=10748"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}