{"id":10884,"date":"2017-10-25T07:57:38","date_gmt":"2017-10-25T07:57:38","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/salud-duelo\/"},"modified":"2023-04-28T05:02:45","modified_gmt":"2023-04-28T08:02:45","slug":"salud-duelo","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/salud-duelo\/","title":{"rendered":"Salud y medicina: \u00bfqu\u00e9 es el duelo?; \u00bfcu\u00e1les son las etapas del duelo?"},"content":{"rendered":"

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Volver al Indice –\u00a0Notas sobre Salud y Medicina<\/a><\/h2>\n

Todos pasamos por \u00e9l, y en distintas circunstancias; pero el cierre es inevitable porque el instinto de supervivencia – y el poder del perd\u00f3n – termina reconcili\u00e1ndonos con el dolor para que podamos seguir adelante.<\/strong><\/em><\/p>\n

\"\u00bfQu\u00e9<\/p>\n

Por Alejandro Franco –\u00a0cont\u00e1ctenos<\/a><\/h2>\n

El duelo es el proceso de aceptar una p\u00e9rdida, ya sea perder algo o perder alguien.<\/strong> Mientras que la mayor\u00eda de nosotros lo asociamos a la muerte de un ser querido, es importante subrayar que el concepto no se ci\u00f1e \u00fanicamente a dicha circunstancia. Nuestra vida ha sido sacudida por un suceso, y el duelo es el proceso para reacomodarla. Tener un accidente o una enfermedad – y perder funciones motrices – implica un duelo. Perder un trabajo implica un duelo. Mudarse – y dejar atr\u00e1s la vida, la historia, el barrio, los amigos – implica un duelo. <\/em>En cada circunstancia en donde perdemos algo que nos es querido, ingresamos en el proceso del duelo.<\/p>\n

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En s\u00ed, el duelo es un proceso de sanaci\u00f3n; el tiempo que precisa el ser humano para recomponerse est\u00e1 determinado por su historia emocional, con lo cual hay personas que sanan mas r\u00e1pido que otras. Sanar no significa menospreciar lo sucedido, pero s\u00ed aceptarlo como uno de los tantos hechos que nos ha presentado la vida. Quiz\u00e1s el dato mas importante en este momento es saber que el proceso de duelo tiene un punto de t\u00e9rmino. Continuar con el duelo diez a\u00f1os luego de haber ocurrido un suceso no es sano; es una clara se\u00f1al de estancamiento, de falta de cierre, de imposibilidad de seguir adelante con nuestra vida. y cuando ello ocurre, es necesario buscar la ayuda de un especialista; un sic\u00f3logo que nos termine por hacer comprender lo ocurrido, y clausure el proceso para que nuestra vida contin\u00fae. Porque no somos seres \u00fanicos y aislados en el mundo sino que disponemos de familiares y amigos, individuos que nos rodean y nos aman y a los cuales lastramos con nuestro dolor si no hemos cumplido debidamente con el proceso de sanaci\u00f3n.<\/p>\n

Los especialistas han determinado que el duelo sigue un proceso de cinco etapas:<\/p>\n

La negaci\u00f3n<\/h2>\n

El descubrimiento de la verdad negativa s\u00f3lo nos produce el rechazo. “No es posible!”<\/em> es la frase mas repetida. Lo que ocurre es que el shock de la noticia – y la perspectiva del escenario posterior <\/em>– se nos antoja tan aberrante como inmensa y abrumadora… y por ello nos negamos a aceptarla. Si es una enfermedad, salimos a buscar otra opini\u00f3n; si es una noticia, buscamos otras fuentes; clamamos mentira y salimos a contradecir la realidad. En el fondo el rechazo dilata la aceptaci\u00f3n de la realidad, d\u00e1ndonos tiempo para amortiguar y asimilar la noticia. Nuestro inconsciente empieza a jugar con la idea de que, quiz\u00e1s – y muy probablemente<\/em> – la mala noticia sea cierta.<\/p>\n

La furia<\/h2>\n

Cuando la noticia es innegable, surge el enojo. Es la sensaci\u00f3n de injusticia que nos invade. No deb\u00eda pasar as\u00ed, no se lo merec\u00eda, es un castigo de Dios… <\/em>cuando en realidad todas esas explicaciones no dejan de ser excusas, intentos de echarle la culpa a algo o alguien por el suceso ocurrido. La religi\u00f3n queda en duda, simplemente porque Dios no nos ha protegido de la desgracia. Pero el enojo es tambi\u00e9n la exhibici\u00f3n visible de la frustraci\u00f3n, de la incapacidad que tenemos para poder cambiar el destino. Alguien ha tomado una decisi\u00f3n por nosotros, y es una decisi\u00f3n con la cual no estamos de acuerdo. Explotamos simplemente porque debemos descargar nuestra impotencia contra algo o alguien – nuestros seres queridos, quienes deben tolerar nuestros discursos de odio e injusticia; lanzando objetos en busca de una sensaci\u00f3n que calme el dolor interior; el trato r\u00edspido con todos los que nos rodean, ya que queremos se\u00f1alizar que estamos furiosos y tristes<\/em> -, y precisamos palabras tranquilizadoras que nos ayuden a bajar un cambio. Porque cuando el odio se va, quiz\u00e1s nuestro coraz\u00f3n se abra hacia el entendimiento.<\/p>\n

La negociaci\u00f3n<\/h2>\n

En un estado de mayor calma – que no implica la estabilidad final<\/em> – comenzamos a lidiar con la realidad. Ya no le tememos u odiamos tanto, pero comenzamos a entender c\u00f3mo funciona. Habiendo salido del estado de par\u00e1lisis, comenzamos a actuar durante el proceso del dolor. La etapa de negociaci\u00f3n suele estar presente en el caso de las personas enfermas con procesos terminales, en donde los familiares – superado el shock<\/em> – han creado y aceptado una rutina para cuidarlos, dejando de cuestionar el estad\u00edo final del proceso o si los procedimientos son sacrificados y dolorosos. Cuando el familiar se vuelve enfermero, cuida los v\u00f3mitos y la fiebre, aplica los sedantes y entra en una rutina de cuidados y consultas m\u00e9dicas, el miedo termina dando lugar al pragmatismo. Las mismas personas que lloraban hace un mes por la noticia de la triste realidad hoy han aprendido a convivir con ella, y pueden incluso a darse un espacio para el humor. \u00bfQui\u00e9n no ha bromeado con un enfermo grave con tal de sacarle una sonrisa y distender el ambiente?.<\/em><\/p>\n

Lo que ocurre es que la capacidad de supervivencia del ser humano es ilimitada. Usted puede vivir una vida normal, sufrir una tragedia que desmorona su mundo y adaptarse a la nueva circunstancia a\u00fan cuando la perspectiva de la misma sea la de solo empeorar. En otra circunstancias usted llorar\u00eda al ver a alguien postrado o verse obligado a cambiarle los pa\u00f1ales a un individuo que era vital hasta no hace mucho. Quienes han cuidado a familiares terminales saben de lo que hablo: porque es la humanidad la que sobrevive en el momento del dolor, y es la necesidad de combatir a la tristeza a\u00fan en las circunstancias mas apremiantes. A\u00fan est\u00e1 con nosotros esa persona; a\u00fan necesita reir. A\u00fan precisamos abrazarla y quererla. Ya nuestra vida dej\u00f3 de ser la que era porque, temporalmente, estamos aqu\u00ed en la trinchera… y formamos una unidad con enfermos y compa\u00f1eros de cuidados, quienes precisamos reconfortamos en este momento de tanta oscuridad.<\/p>\n

La negociaci\u00f3n es pragmatismo. No solo es cuidado sino tambi\u00e9n la b\u00fasqueda de respuestas que, aunque no cambien la situaci\u00f3n del todo, por lo menos nos den una explicaci\u00f3n o un paliativo. No somos los \u00fanicos a los que le ha pasado esto. La enfermedad va mas silenciosa de lo que se pensaba. Si la muerte no ha sido s\u00fabita, entonces tenemos tiempo para hacer balance, arreglar las cuentas con los seres queridos y despedirse con tiempo. Es el momento en donde vemos cosas positivas en toda la oscuridad, a\u00fan comprendiendo que el desenlace es inevitable.<\/p>\n

La depresi\u00f3n<\/h2>\n

Siempre hemos sabido que el desenlace era inevitable… pero, cuando se concreta, nos queda una sensaci\u00f3n de vac\u00edo y sorpresa. El final pod\u00eda haber durado mas tiempo, podr\u00edamos haber tenido mas momentos para despedirnos, quiz\u00e1s hubiera ocurrido una mejor\u00eda milagrosa… pero no. Cuando todos nuestros esfuerzos de la etapa anterior han sido incapaces de alterar o dilatar el resultado, surge la desesperanza. Ya ocurri\u00f3 todo lo que debia ocurrir, ya no hay marcha atr\u00e1s. Lo que deb\u00eda perderse ya se perdi\u00f3 y s\u00f3lo nos queda lamentar su ausencia. Nos hemos acostumbrado a la nueva rutina del cuidado intensivo, pero ahora la hemos perdido simplemente porque la persona a cuidar ya no est\u00e1 mas. La depresi\u00f3n es el choque de nosotros con el regreso a la normalidad. Est\u00e1bamos tan acostumbrados a cierto tipo de vida que ahora no sabemos q\u00e9 hacer con nuestras existencias. \u00bfC\u00f3mo disfrutar de nuestras cosas favoritas cuando hemos perdido una batalla tan enorme y triste hace tan poco?.<\/em><\/p>\n

No est\u00e1 mal llorar a los seres queridos. Nuestro dolor s\u00f3lo indica cu\u00e1nto los amamos. Es el dolor por la imposibilidad de generar nuevos encuentros, nuevos momentos, nuevos recuerdos. La historia de esa persona se ha truncado en este momento y nosotros – que hemos vividos dedicados a ella <\/em>– hemos quedado hu\u00e9rfanos. En la vivida memoria emocional que poseemos, la vida diaria se nos antoja un compilado de recordatorios de la persona amada y desaparecida. La plaza donde nos sent\u00e1bamos a charlar, los lugares favoritos que recorr\u00edamos, su m\u00fasica predilecta… su comida, sus sabores, sus an\u00e9cdotas.<\/p>\n

La despedida de un ser querido no empieza sino hasta que \u00e9ste termina por partir y desaparecer f\u00edsicamente de nuestra vista. Es el vacio que llenamos de recuerdos. Es la mirada amable sobre los momentos antiguos mas r\u00edspidos. Es la redenci\u00f3n de su persona en nuestra mente; pero, claro, cada recuerdo solo reaviva el dolor de la p\u00e9rdida.<\/p>\n

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La aceptaci\u00f3n<\/h2>\n

Cuando alguien nos ha importado mucho – y ahora no est\u00e1<\/em> – nos queda su cicatriz emocional. Sea una persona, un objeto, una actividad, un lugar. Sea la muerte de alguien, el cambiar de ciudad o pa\u00eds, el ver como la casa de la infancia ha sido demolida, el perder el trabajo tan amado… Cada cosa o persona est\u00e1 atada a a\u00f1os de vivencias, recuerdos que refrescamos constantemente al momento de descubrir que ha desaparecido. Pero, como pasaba con la etapa de negociaci\u00f3n, el ser humano se adapta. Es una necesidad natural de acostumbrarse, sanar y seguir adelante. La aceptaci\u00f3n es, tambi\u00e9n, la etapa mas r\u00edspida del duelo; porque no todos logran superarla y quedan atados al proceso de dolor y depresi\u00f3n – porque creen, erroneamente, que seguir con sus vidas significa olvidar al ser amado<\/em> -. Pero debemos aceptar que el fin de la existencia de una persona no implica autom\u00e1ticamente el fin de nuestra propia existencia; a\u00fan estamos en la Tierra vivitos y coleando, y nuestra vida ha sido dise\u00f1ada para el disfrute y la plenitud. Lo que nos hace sobrevivir – y ser personas felices<\/em> – es nuestra capacidad de identificar y disfrutar las cosas que nos placen, ya sea una comida, una actividad o el abrazo de nuestros seres queridos. Es un conjunto de cosas de las cuales una de ellas ya no est\u00e1; no es el menosprecio del dolor o del sacrificio, pero es la calibraci\u00f3n del mismo en su medida justa. Si en seis meses o un a\u00f1o no hemos convivido y aceptado el dolor, entonces estamos estancados en un proceso que resulta da\u00f1ino. y para llegar a ese proceso de paz, primero debemos hacer las paces con nosotros mismos: darnos cuenta que dimos lo mejor que teniamos, que hicimos todo lo que debiamos (y podiamos hacer), y que el resultado era inevitable a pesar de todas las acciones cometidas.<\/p>\n

Es en ese momento en donde el recuerdo de una persona postrada es visto con distancia, y pasan a ser mas fuertes los recuerdos de esa misma persona en sus momentos mas vitales. Yo no recuerdo todo el tiempo a mi abuelo moribundo e incapacitado para hablar sino a aquel que me contaba historias dulces, me abrazaba, jugaba conmigo al ajedrez y al que admiraba en cada uno de sus gestos. Es el manto de piedad que nuestra mente lanza sobre nuestros seres amados, el cual nos dice que unos meses de oscuro sufrimiento no logran opacar a d\u00e9cadas de amor y sonrisas, de momentos imborrables y recuerdos amables. Es all\u00ed el momento en donde nos curamos, calmamos nuestra angustia y aceptamos los hechos que la vida nos ha presentado, liber\u00e1ndonos del dolor para proseguir nuestras existencias con total equilibrio y felicidad.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

\u00bfQu\u00e9 es el duelo? \u00bfCu\u00e1les son las etapas del duelo?. Una guia para superar el dolor y cerrar el proceso de perdida<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"closed","template":"","meta":[],"_links":{"self":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10884"}],"collection":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=10884"}],"version-history":[{"count":0,"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/10884\/revisions"}],"wp:attachment":[{"href":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=10884"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}