{"id":15771,"date":"2019-03-25T19:49:31","date_gmt":"2019-03-25T22:49:31","guid":{"rendered":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/?page_id=15771"},"modified":"2019-03-26T19:13:37","modified_gmt":"2019-03-26T22:13:37","slug":"critica-desenterrando-sad-hill","status":"publish","type":"page","link":"http:\/\/localhost\/datacraft2023\/critica-desenterrando-sad-hill\/","title":{"rendered":"Cine, TV, Video: cr\u00edtica: Desenterrando Sad Hill (2017)"},"content":{"rendered":"

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Volver al Indice –\u00a0Cine, TV, Video<\/a><\/h2>\n

Un set de filmaci\u00f3n desenterrado y convertido en lugar de peregrinaje para fan\u00e1ticos de una de las pel\u00edculas mas fabulosas de la historia: El Bueno, el Malo y el Feo (1966). Disponible en Netflix.<\/em><\/strong><\/p>\n

\"Cine,<\/p>\n

Por Alejandro Franco –\u00a0cont\u00e1ctenos<\/a><\/h2>\n

\"calificaci\u00f3n:Cuando uno habla de fan\u00e1ticos del cine piensa en un mont\u00f3n de adolescentes disfrazados yendo a Comic Con<\/strong>, reverenciando a alguna franquicia fant\u00e1stica tipo Star Wars<\/strong>, Star Trek<\/strong>, El Se\u00f1or de los Anillos<\/strong> o todo lo relacionado al g\u00e9nero de superh\u00e9roes. Pero mas all\u00e1 de las convenciones existe un grupo de fans que viven en el silencio, que portan canas, barrigas y calvas, que tuvieron su ni\u00f1ez mucho antes de la explosi\u00f3n medi\u00e1tica de La Guerra de las Galaxias<\/strong> (1977), y que aman al cine de coraz\u00f3n, reverenciando otro tipo de filmes que quiz\u00e1s hoy en d\u00eda no sean populares pero que fueron enormes \u00e9xitos de p\u00fablico, critica y taquilla en su momento y que hoy se consideran cl\u00e1sicos.<\/p>\n

Desenterrando Sad Hill<\/strong> habla de esa clase de pasi\u00f3n, que parece ignorada por el aparato publicitario de los grandes medios y la resonancia de las grandes franquicias. Existi\u00f3 un momento en donde los filmes, mas all\u00e1 de su publicidad, s\u00f3lo se convert\u00edan\u00a0 en populares gracias a un masivo boca a boca, en una era en donde Internert estaba a d\u00e9cadas de inventarse y las revistas de fans eran contadas con los dedos de una mano. y qu\u00e9 mejor ejemplo que El Bueno, el Malo y el Feo<\/strong> (1966), obra conclusiva de la Trilog\u00eda del Dolar<\/strong> de Sergio Leone y que estaba lejos de ser un gigante producido por el aparato mainstream<\/em> de Hollywood – no era Ben-Hur<\/strong> o Cleopatra<\/strong>, siquiera una de John Wayne<\/em> -. Ten\u00eda un reparto de actores serie B, se estrenaba en cines de segunda y en salas Grindhouse<\/em>, y era considerado simplemente un producto exploitation<\/em>. Hasta el mismo Roger Ebert cometi\u00f3, en su momento, el pecado de desmerecerlo simplemente porque no se estrenaba en una sala de cine de categor\u00eda cinco estrellas, obviando las enormes cualidades cinematogr\u00e1ficas del filme y el inmenso talento de Sergio Leone, el cual ser\u00eda rehabilitado con el paso del tiempo y convirtiendo a la pel\u00edcula en lo que es: un placentero objeto de culto.<\/p>\n

Claro, eran los tiempos del spaghetti western<\/em> – un g\u00e9nero barato, una copia flagrante del western americano<\/em> -, el cual pronto gener\u00f3 su propio lenguaje y su propia identidad: h\u00e9roes amorales y sucios, violencia extrema, cuidado extremo de la fotograf\u00eda y bandas sonoras vibrantes. y el epitome del g\u00e9nero es sin dudas el filme de Leone de 1966, rodeado por sus dos precuelas y esa fabulosa \u00e9pica que fue Erase una Vez en el Oeste<\/strong> (1968).<\/p>\n

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Como los italianos no ten\u00edan presupuesto para filmar en Norteam\u00e9rica, debieron acudir al ingenio y terminaron encontrando en Espa\u00f1a un lugar ideal para locaciones. El norte ten\u00eda bosques y parec\u00eda Virginia, y el sur ten\u00eda desiertos y pasaba como Nevada o Arizona. Los mismos estadounidenses reconocieron la calidad de las locaciones y fueron a Europa a filmar algunos westerns aislados, caso de El C\u00f3ndor<\/strong> (1970), la cual construy\u00f3 masivos sets en Almer\u00eda que, en ruinas, a\u00fan se permanecen hasta el d\u00eda de hoy.<\/p>\n

Pero hab\u00eda un set que era ic\u00f3nico y era el escenario donde transcurr\u00eda el famoso duelo de a tres (“il triello”<\/em>) del climax de El Bueno, el Malo y el Feo<\/strong>: un antiguo cementerio militar con cinco mil tumbas y una rotonda de piedra en el medio, algo constru\u00eddo directamente para el filme (con la ayuda del ej\u00e9rcito espa\u00f1ol) y despu\u00e9s abandonado y devorado por el paso del tiempo y el avance de la naturaleza.<\/p>\n

De lo que trata Desenterrando Sad Hill<\/strong> es, precisamente, de recuperar ese set. Un grupo de entusiastas localiza los restos del cementerio ficticio de Sad Hill<\/em> a 50 km de Burgos, y empieza a realizar una tarea de limpieza, descubriendo que la rotonda de piedra est\u00e1 tapada por la maleza y las tumbas (en realidad, mont\u00edculos de tierra) permanecen casi intactos. Una vista a\u00e9rea del lugar alcanza a comprender que la geometr\u00eda a\u00fan se ha conservado a\u00fan despu\u00e9s de cinco d\u00e9cadas de abandono.<\/p>\n

Pero la tarea es t\u00edt\u00e1nica para un grupo de diez o quince personas y pronto hacen un convocatoria por Internet, armando una fundaci\u00f3n y recaudando fondos no s\u00f3lo para materiales sino para alquilar equipos y volquetes. La iniciativa de unos pocos se vuelve un fen\u00f3meno masivo. De a cientos llegan de todas partes del mundo para ayudar a la limpieza y la reconstrucci\u00f3n. El documental muestra la atenci\u00f3n que capta el fen\u00f3meno, y tipos de la talla de Ennio Morricone, Joe Dante, el lider de Metallica<\/strong> James Hetfield (reconocido fan del filme y que abre todos sus conciertos con la escena del “extasis del oro”<\/em>, el fabuloso montaje en donde Eli Wallach corre como loco a trav\u00e9s de Sad Hill buscando la tumba donde deber\u00eda estar enterrado un tesoro millonario escondido por ladrones de bancos hace ya varios a\u00f1os) y hasta el mism\u00edsimo Clint Eastwood, quienes analizan el fen\u00f3meno en t\u00e9rminos que van mas all\u00e1 del mero entusiasmo por el cine y el sabor de la aventura. Sad Hill se convierte en un lugar de peregrinaje porque el gran cine es una experiencia religiosa, es un sentimiento que florece en uno y queda para toda la vida, y todos aquellos que vibraron con el filme de Sergio Leone ahora se encuentran en ese lugar hist\u00f3rico, pasan de la imaginaci\u00f3n a la realidad, se convierten – con cada piedra desenterrada, con cada cruz reconstruida y clavada en cada tumba falsa<\/em> – en parte misma y viviente de una leyenda cinematogr\u00e1fica.<\/p>\n

Desenterrando Sad Hill<\/strong> es un documental emotivo que muestra como el cine va mas all\u00e1 de la pantalla y se hace carne en lo mas profundo de nuestros corazones, haciendo que un filme sea una experiencia personal y generando un recuerdo inolvidable. Es posible que el documental tenga su cuota de momentos lentos, y que quiz\u00e1s daba mas para un corto que para un largo de 90 minutos, pero el resultado sigue siendo emocionante, en especial en el final en donde inauguran el cementerio en el 50 aniversario de El Bueno, el Malo y el Feo<\/strong> con orquesta incluida, fiesta, exhibici\u00f3n del filme, recreaci\u00f3n del duelo… y saludos de un mont\u00f3n de famosos a los aventureros que convirtieron la tarea en algo trascendental y memorable.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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