Lady Gaga se devora la pantalla en este circo plagado de intrigas y sobreactuaciones siderales.<\/em><\/strong><\/p>\n \n No hay nada demasiado original o sensacional en La Casa Gucci<\/strong> excepto una buena direcci\u00f3n, una buena puesta en escena y un cast notable. El trayecto de la historia es predecible, lo que va son los matices. Como a Ridley Scott lo reclutaron – con mejor suerte y efectividad<\/em> – en Todo el Dinero del Mundo<\/strong> para contar las miserias de la familia Getty, qu\u00e9 mejor que recontratarlo para ilustre el derrumbe de otra casta millonaria. La historia es simple: los Gucci son ricos y famosos y viven en una sincronizada armon\u00eda gracias a que los patriarcas de la familia – Aldo (Al Pacino) y Rodolfo (Jeremy Irons)<\/em> – han dividido los negocios sin pisarse los pies el uno al otro. Entra una arribista, Patrizia Reggiani (Lady Gaga), la cual ve al hijo de Rodolfo, Maurizio (Adam Driver), como una presa f\u00e1cil y el camino directo a la gloria y la fortuna. Maurizio no es un tipo chato sino un hombre sencillo que disfruta las peque\u00f1as cosas de la vida y vive con una gran modestia. Le resbalan los negocios de la familia, quiere ser simplemente un abogado con buena vida. Lo que sigue es pr\u00e1cticamente un acoso de Patrizia para hacer que su camino coincida con el de Maurizio y empujar al otro a una vida de lujos los cuales nunca le interesaron demasiado. Entra pap\u00e1 Rodolfo en escena y reconoce a la cazafortunas al toque y, cuando Maurizio se niega a tomar el consejo de considerarla simplemente como una aventura (es el amor de mi vida!<\/em>), entonces Rodolfo le da una patada en el tuje y lo saca de los negocios. El hijo del millonario termina laburando en la parada de camiones de su suegro, pero el tipo es feliz ya que tiene a Patrizia todo el tiempo para si. Pero las cosas no se terminan ah\u00ed: t\u00edo Aldo tiene un hijo idiota, Paolo (un irreconocible Jared Leto, panz\u00f3n, pelado y hablando como fumado<\/em> todo el tiempo) que carece de todo tipo de talento, sea como dise\u00f1ador o directivo de la empresa. Si la casa familiar tiene alguna esperanza de supervivencia pasa por Maurizio, as\u00ed que Aldo y Patrizia complotan para recuperarlo y re ingresarlo en los negocios de la manera que sea.<\/p>\n Lo que sigue es karma puro. Todo el mundo termina recibiendo lo que se merece: Rodolfo por alejar a su hijo, Aldo por recuperar a su sobrino en desmedro de Paolo, Paolo por una mezcla de \u00ednfulas y odio hacia su padre, Patrizia por querer quedarse con todo el imperio para ella sola y Maurizio… simplemente por dejarse llevar por el veneno de su mujer. Al empezar a desplazar a miembros de su familia para quedarse con el trono Maurizio y Patrizia han entrado en un desgaste infernal del cual no hay retorno. En toda esa monta\u00f1a rusa a Patrizia se le cruza una amoral tarotista (Salma Hayek) la cual termina por llenarle la cabeza para que reclame lo que es suyo. La idea de la venganza ya ha hecho carne y ya no hay marcha atr\u00e1s en la trayectoria desenfrenada de la arribista.<\/p>\n La Casa Gucci<\/strong> es un buen show, entretiene mientras dura. Es una l\u00e1stima que la Gaga se haya quedado fuera de la carrera del Oscar, lo suyo merec\u00eda una nominaci\u00f3n; la pel\u00edcula pr\u00e1cticamente le pertenece y su performance es magn\u00e9tica. Eso no implica que La Casa Gucci<\/strong> sea gran arte o siquiera buen cine, simplemente una cr\u00f3nica de tabloide bien narrada con una buena puesta en escena. Scott pudo haber afilado los dientes y convertir todo esto en una s\u00e1tira despiadada, l\u00e1stima que la prolijidad solo lo transforma en algo correcto, sin nada memorable y con algunas performances descolgadas como \u00fanico merito para llamar algo la atenci\u00f3n.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Volver al Indice –\u00a0Cine, TV, Video Lady Gaga se devora la pantalla en este circo plagado de intrigas y sobreactuaciones siderales. Por Alejandro Franco –\u00a0cont\u00e1ctenos \u00bfQu\u00e9 tiene para ofrecerle al espectador La Casa Gucci?. Una trama de dinero, poder, ambici\u00f3n, intrigas palaciegas… y sobreactuaciones espectaculares. 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\u00bfQu\u00e9 tiene para ofrecerle al espectador La Casa Gucci<\/strong>?.<\/em> Una trama de dinero, poder, ambici\u00f3n, intrigas palaciegas… y sobreactuaciones espectaculares<\/em>. Es un pu\u00f1ado de actores yanquis e ingleses haciendo de italianos as\u00ed que, cuando pueden, le mandan pata al acelerador sin asco. Mientras que Lady Gaga es un espect\u00e1culo fascinante en s\u00ed mismo – sexy, desinhibida, confabuladora, como una versi\u00f3n de bolsillo de Sof\u00eda Loren que rebosa de veneno<\/em> -, lo de Jared Leto es un show de otro planeta. Atroz, caricaturesco, camuflado de manera brillante bajo toneladas de maquillaje, es imposible definir si lo suyo es un mamarracho o una genialidad. Me hace acordar a Vincent D’Onofrio en la \u00faltima versi\u00f3n de Los Siete Magn\u00edficos<\/strong> (que volv\u00ed a ver hace poco), en donde el tipo le agreg\u00f3 cosas al personaje para dar una interpretaci\u00f3n de m\u00e9todo<\/em>… y termina generando una caricatura estridente que paraliza la escena cada vez que abre la boca… y no en un buen sentido de la palabra.<\/p>\n