Crítica: Tres Tipos Duros (Stand Up Guys) (2012)

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Tres Tipos Duros trae a Al Pacino, Christopher Walken y Alan Arkin como los personajes del título, tres criminales retirados en donde uno de ellos debe liquidar a otro a causa de una vieja venganza. Pero la historia se desvanece en una sucesión de anécdotas débilmente empalmadas como hilo argumental, y lo único que queda es el oficio de tres buenos actores que intentan repuntar (como pueden) un guión flojo. calificación: 2/5

Crítica: Tres Tipos Duros (Stand Up Guys) (2012)

Por Alejandro Franco – contáctenos

Tres Tipos Duros (Stand Up Guys) A veces el dinero no compra la creatividad, y eso es lo que ocurre con Tres Tipos Duros, una comedia con ribetes criminales que trae a tres gloriosos actores de vuelta a la palestra. Mientras que el trío principal se exhibe totalmente carente de maquillaje – y mostrando de manera aterradora el paso de los años en su rostro -, también demuestra que el oficio mejora con el paso del tiempo, y las arrugas no opacan los que son finas performances. El problema es que se trata de un trío de actores de calidad en busca de un libreto decente que sepa utilizar de manera apropiada sus talentos. Ni el guión de Noah Haidle ni la dirección de Fisher Stevens (que es un actor de comedia bastante conocido, con numerosos éxitos como productor de documentales y que aquí hace su debut como cineasta) saben qué hacer con gente de este calibre, con lo cual se la pasan disparándoles situaciones supuestamente graciosas… casi ninguna de las cuales da en el blanco.

En realidad, ésta es la historia de dos mafiosos. Val, que recién sale de la prisión después de casi 30 años, y Doc, su fiel amigo durante todas estas décadas. Val y Doc dieron un golpe hace tiempo, pero las cosas salieron mal, un muchacho de la banda murió y Val aceptó cargar con todas las culpas. El problema es que el padre del muchacho – un poderoso capo mafia – nunca le perdonó el error a Val, y ha masticado odio durante todo este tiempo, razón por la cual ha trazado un lento y devastador plan de venganza. Ha chantajeado a Doc para que asesine a Val ni bien lo recoja de la puerta de la prisión y lo ampare en su casa. Pero Doc es reticente y se ha convertido en el mejor amigo de Val; y, por otra parte, el retirado criminal sabe que lo van a liquidar, así que decide hacer un trato: durante 24 horas van a vivir la vida a pleno… por lo menos hasta las 10 de la mañana, cuando Doc deba cumplir su contrato y liquide a Val de un tiro en la cabeza.

Una vez planteada la premisa, Tres Tipos Duros comienza a deshacerse en subtramas estúpidas. La primera de ellas involucra la impotencia de Al Pacino y una sobredosis de Viagra, el que parece ser el mayor destello de creatividad del libreto. Después hay una visita a un hospital en donde se topan con la hija de un viejo camarada de oficio – Julianna Margulies, a la cual parecen haberla reclutado debido a su pasado como enfermera en la serie E.R. Emergencias Médicas, y cuya participación no pasa de ser un cameo extendido -, la incursión en el geriátrico precisamente a visitar dicho amigo (Alan Arkin) – el cual padece un enfisema terminal, pero decide irse de parranda con sus amigotes sin llevar su obligatorio tanque de oxígeno – , otro paso por el prostíbulo, el robo de un deportivo último modelo, el descubrimiento de una rehén en el baúl de éste y la ayuda que le dan para que se vengue de sus captores,… y una sarta de idas y vueltas en donde la falta de credibilidad de toda la cosa le hace a uno rechinar los dientes. Uno no tiene problemas con el disparate, siempre y cuando tenga gracia, pero no es eso lo que ocurre aquí. Todo es forzado, y toda esta gente pasa de una situación a otra como quien se cambia un calzoncillo, sin el más mínimo remordimiento de conciencia (o siquiera un mínimo pensamiento sobre lo que ha ocurrido).

Las performances son buenas, pero dudo que éste sea un filme recomendable sólo para ver un puñado de grandes actores poniendo lo mejor de sí con una sarta de líneas bastante tristes. No hay un momento de explosión cómica, siquiera una escena reflexiva sobre la peculiar situación que les toca vivir. Es como la última noche de un condenado, sólo que está plagada de situaciones anecdóticas no muy inspiradas. En sí, Tres Tipos Duros es más material para cable que para la gran pantalla; quiten estos actores, pongan otros de menor calibre y verán como el argumento brilla por su opacidad. Por todo ello es que le sugerimos que la deje pasar, y se fije en otro título más atractivo en cartelera: aquí no hay nada memorable, y entretiene mucho menos de lo que promete, dejando limitados sus méritos a un puñado de performances de buen nivel y nada más que ello.

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