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En Jeepers Creepers, Victor Salva maneja con mano diestra un film que podía haber caído en el montón… pero, con un enfoque inteligente y novedoso, muestra que se puede hacer algo más que simplemente repetir recetas hasta el cansancio.
Por Alejandro Franco – contáctenos
Jeepers Creepers ( EUA, 2001): Intérpretes: Gina Philips, Justin Long, Patricia Belcher, Dirigidos por Victor Salva. Este mes por Space. (****)
En general, es difícil hacer algo nuevo con el género del terror hoy en día. Primero, porque la galería de monstruos y asesinos seriales ya está demasiado trillada. Segundo, porque la saturación de la repetición de formulas, no lo hace un género masivo. Ya no quedan inventores de “leyendas urbanas” o monstruos que hagan historia: atrás quedó la época de Halloween, Freddy Krueger, o incluso el hiperviolento (y escaso de originalidad) Jason. Los Aliens, Draculas y Frankensteins quedaron archivados, y sólo el género pudo reinventarse, en parte, por visiones a distancia y gralmente en tono de comedia o crítica. Desde La Novia de Chucky hasta Scream reflotaron un poco el tema, especialmente en la onda del terror adolescente. Pero no hay nada nuevo bajo el Sol… o sí?
Jeepers Creepers intenta una vuelta de tuerca, que logra con éxito. Por un lado, combina asesinos seriales con monstruos, y por el otro, no usa los recursos y recetas tan pedestres que usan todos. Por ejemplo, los protagonistas tienen bastante sentido común (el 99.99% de los filmes de terror se basa en decisiones estúpidas de los portagonistas), y cuando hacen alguna tontería, al menos intentan justificarlo del mejor modo posible. Segundo, usa un comienzo gradual del suspenso, que recuerda – el principio del film – al clásico Duel de Steven Spielberg. Hay un proceso de descubrimiento que después se convierte en cacería. y tercero, nos presenta a sus protagonistas – una pareja de hermanos, de regreso al hogar, viajando en auto por la ruta – , de un modo digerible y corriente. Son protagonistas que conocemos, por los cuales simpatizamos y por lo tanto, nos preocupamos cuando se encuentran en peligro. Pocas veces en el cine de terror de los últimos años un director se ha preocupado por hacer que sus personajes sean algo más que carne de cañón para la amenaza de turno.
Una pareja de hermanos regresa al hogar en un largo viaje por una ruta desolada. De pronto, se ven acosados por un inmenso camión de aspecto derruído y amenazador. Cuando, más tarde, se cruzan por segunda vez con el camión, el mismo se encuentra estacionado en una iglesia abandonada, y su conductor parece estar descargar cuerpos, envueltos en sábanas ensangrentadas. Discusión de por medio, deciden regresar a comprobar si efectivamente lo que estaban ocultando eran cadáveres. y una vez dentro, se cruzarán con un terrible descubrimiento… y con el conductor del camión, que comenzará a acecharlos.
Hay un error que suelen cometer los directores de películas de terror (y Salva no se escapa), que es intentar explicar lo inexplicable. Por un lado, la trama parece indicar que se trata de otro asesino serial típico de los films americanos… hasta que comenzamos a percibir señales de que no es humano. y entonces surge una supuesta medium, intentando dar una explicación … lógica? de lo ilógico. Tomemos el ejemplo de Los Pajaros, de Alfred Hitchcock. El terror, la amenaza puede existir per sé, sin necesidad de explicación… porque muchas veces, la explicación termina siendo ridícula. El terror abstracto, sin causa, es el que mejor funciona. Quien vé un film de terror, se abstrae de la realidad, de lo que realmente puede ser posible. E intentar explicarlo, va contra esa sensación de ausencia de la realidad.
Pero Jeepers Creepers (Criaturas Reptantes, serían una traducción posible) hace muchas cosas bien. No abunda en sangre sino en sustos. Plantea el escenario del terror rural (en el campo… nadie escuchará tus gritos – parafraseando a la publicidad de Alien). Pero, a su vez, los protagonistas, los personajes secundarios, la policía, tampoco actúa de modo estúpido. No son simples caricaturas, sino que se portan de un modo decentemente racional (investigar los que resulta sospechoso, atacar con todo cuando la amenaza se presenta). Hace muchas cosas coherentes con el tono del relato. Y, especialmente, el shockeante final, que parece abrupto, pero me resulta altamente satisfactorio, a mi entender, termina por romper con las reglas no escritas del terror moderno.
Mucho se ha debatido sobre este film, especialmente si se trata de un nuevo clásico. El tiempo dirá si la definición es apresurada. Film que me viene a la memoria, es el excelente Las Gárgolas, un telefilm con Cornel Wilde, y del cual se inspira para la criatura y para las escenas nocturnas. Pero, fundamentalmente, es la dirección, que no nos anticipa para donde o cómo va a seguir el relato. El mérito de Salva es el de haber generado algo fresco en algo tan trillado, y darle un enfoque lógico dentro de sus propias reglas ilógicas. Sabemos que no existe, pero si existiera se comportaría así como figura en el film.