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Por Alejandro Franco – contáctenos
Signs ( EUA 2003 ): Intérpretes: Mel Gibson , Joaquín Phoenix, Cherry Jones , Rory Culkin . Dirigidos por M. Night Shyamalan.
Si algo debe agradecérsele al director indio Night Shyamalan, es que realiza cine fantástico a la antigua, con el aporte justo de efectos especiales y centrando la atención en el suspenso.
Shyamalan posee dos pesos pesados en su currículum: la impresionante El Sexto Sentido, y El Protegido. y a pesar de estar en condiciones de manejar abultados presupuestos, prefiere apuntar a narrativas clásicas en cuanto al abordaje del tema fantástico. Menos es más, y el caso clásico es Tiburón (1975), donde el elemento atemorizante (monstruo, marciano, demonio, etc) es mostrado en pequeñas cuotas sobre el final del film.
Como mencionamos antes, el film trata sobre extraterrestres. Pero acá no hay otro Dia de la Independencia ni otro ET. Acá la película resulta algo así como una mezcla entre La Noche de los Muertos Vivos y El Proyecto Blair Witch.
El film comienza mal dirigido, admitamoslo. Los primeros cinco minutos uno ve situaciones mal hilvanadas (como si fueran demasiados hechos seguidos), además de ver a personajes parcos. Ciertamente Night S. adora los silencios y los personajes de pocas palabras. Hay un reverendo (Gibson) que se ha alejado de la religión debido a la muerte de su esposa. Sus dos hijos también han resultado afectados por la muerte de su madre. Súmese a esto un hermano (Phoenix) que vive con ellos, y todos juntos en un ambiente rural americano. Entre la parquedad propia de la gente de campo y los recelos y acusaciones cruzadas debidas al mencionado accidente, los intérpretes apenas intercambian palabras entre sí. En este ambiente aparecen las señales del título (círculos y figuras trazados en los maizales de Gibson), y los animales que actúan agresivamente, como si detectaran un peligro que los rodea.
Una vez que superamos ese inicio (entrecortado, hasta forzado), es cuando los actores realmente se hacen de los papeles y Night S. toma apropiadamente el timón de la dirección, llevándonos gradualmente hacia donde él desea. Hay un clima de suspenso creciente, la aparición de más signos y de algunas presencias extrañas en un ambiente ideal para ello (una granja totalmente aislada en el campo, rodeada de maizales… que esconden cualquier cosa) que Shyamalan apuro a explotar con la mejor maestría posible. A pesar del espacio físico, hay una perturbadora sensación de agobio claustrofóbico. Acaso ese aislamiento no es como vivir en una trampa?. Exploraciones nocturnas a los maizales, linterna en mano… ruidos, movimientos de hojas,… y una pierna que fugazmente se ve, adentrándose entre las plantas.
Acá no hay ciencia ficción; no hay terror. Hay suspenso y horror. Sobre todo, hay paranoia. La situación (y el film) comienzan a escalar in crescendo sobre la posibilidad de un contacto extraterrestre. Será para bien o para mal?. Es un mensaje o una invasión?. Shyamalan no lo explica (y es mejor), porque quiere perturbar al espectador. El público puede congraciarse perfectamente con el personaje de Phoenix, que pasa una noche entera sin dormir delante del televisor, viendo canales de noticias, devorando todo lo que puede sobre los acontecimientos, buscando novedades… y encontrando algunas de ellas, aterrorizantes, como la emisión de un video casero donde se ve, acechante, un alienígena.
Hay algunas reflexiones sobre lo que representa estas apariciones, las cuales no tienen demasiada profundidad. Si en ese sentido, el director pretendía generar en el espectador algún tipo de polémica o conclusión, creo que erra el blanco. En cambio donde acierta plenamente es en aterrorizar, en generar situaciones altamente inquietantes. El film comienza a tomar velocidad y, esos personajes antipáticos del principio, comienzan a contagiarnos todo su pánico en su situación de asedio. Acá es donde el film toma el mismo estilo (aunque desarrollado de otra manera) que el clásico de culto La Noche de los Muertos Vivientes de George Romero, donde un grupo de personas es asediado en una casa por una horda de zombies caníbales mientras ellos pelean entre sí. Y, por el otro lado, hay una cámara nerviosa, que enfoca donde no debe, que queda fija mientras escuchamos ruidos en un ambiente poco iluminado, que es muy similar al Proyecto Blair Witch. La situación de la casa por lejos, es lo más aterrorizante del filme, e incluso es cuando nos tomamos de la mano del discurso que Gibson le dá a su hijo para tranquilizarlo.
En cuanto a los últimos diez minutos de la película,… es donde baja el rendimiento. Los americanos le llaman misfire a los que, podrían ser, disparos errados o que no aciertan en el blanco. y el ultimo tramo del film es precisamente un misfire, donde evapora tanto el ritmo como la angustia que nos había desarrollado, generando una situación un tanto artificial. Igualmente, no desmerece al film (los últimos 10 minutos de Tiburón son también terribles, con un final artificial y viendo a un muñeco de goma, lo que no evita que sea un clásico), y eleva la puntuación de Night S. como uno de los más importantes directores de suspense y fantástico de los últimos años. Lo suyo es la construcción de climas, tal como Hitchcock hacía, y como pocos (o ninguno) hacen en estos días.
En cuanto a las actuaciones, Gibson luce ajustado y creíble, así como Phoenix – que dijimos, está para reaccionar como el público lo haría – luce correcto, pero encarnan a personajes sin carisma, no son simpáticos al espectador. Sólo resultan atractivos y graciables cuando compartimos todo el espanto que una situación agobiante como esta los invade. A contramano del resto, casi sin efectos, y sólo manejando tiempos, luces, sonidos, Night S. construye una situación de paranoia y persecución con total maestría. Altamente recomendable para ver con las luces apagadas un sábado a la noche.