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La Guerra de Vietnam fue una guerra tan larga como anónima, sucia e injustificada. Esta excelente miniserie de 10 capítulos de hora y media – orquestados por Ken Burns y Lynn Novick – muestran en profundidad (y con vocación didáctica) las causas, desarrollo y extinción de una guerra tan inútil como sangrienta.
Por Alejandro Franco – contáctenos
Si El Mundo en Guerra es el documental sobre la Segunda Guerra Mundial, esta miniserie de Ken Burns y Lynn Novick es la versión definitiva sobre la Guerra de Vietnam, un largo e inútil (y desgastante) conflicto que absorbió a los norteamericanos durante 20 años y se transformó no sólo en su peor pesadilla sino en su mayor derrota.
Uno ha visto desde afuera pantallazos de la guerra, solo vió las masacres, los métodos cruentos de batalla, los abusos contra la población civil; pero la miniserie da una visión global que sirve para entender cómo realmente sucedieron las cosas. Vietnam nunca conoció la independencia y siempre padeció el abuso de Francia, quien la ocupó en 1858 y la convirtió en su colonia. La Segunda Guerra Mundial alteró el orden de las cosas, y los vietnamitas – liderados por el carismático jefe revolucionario Ho Chi Minh, enrolado en el comunismo y con el soporte de la URSS y China – lograron una independencia temporal para 1945, quitándose de encima a los japoneses. y aunque Estados Unidos apoyó la independencia de los pueblos a nivel global – y el fin del colonialismo -, las obligaciones contraídas con sus aliados franceses le hicieron tragarse las palabras y prestar apoyo a una guerra que no querían, donde los galos purgaron a los independentistas, y éstos consiguieron – a lo sumo – quedarse con la parte norte del país después de una serie de brillantes derrotas sobre los colonizadores, las cuales los forzaron a negociar.
Pero Vietnam del Norte nunca se quedó quieta y siempre quiso reunificarse con el sur, y cuando los franceses se hartaron de la feroz guerra de guerrillas entablada por Ho Chi Minh – que irrumpía en el sur por caminos secretos y asestaba golpes estratégicos imposibles de prever -, se retiraron… pero entraron los americanos, decididos a garantizar la independencia de la República de Vietnam del Sur. Y metiéndose en el barro hasta el cuello.
Si hay algo que queda claro, es que la culpa de la guerra la tuvo el presidente John Fitzgerald kennedy, que no quería quedar como un blando frente a los halcones de la Casa Blanca – y que venía con derrotas como la fallida invasión de Cuba vía Bahia de Cochinos y la tensa negociación de la crisis de los misiles de Octubre de 1962 – y decidió apostar todo a Vietnam convencido de que, si caía, todo el sureste asiático se volvería comunista. Pero ese capricho se prolongó mas allá de su administración (Kennedy fue asesinado en 1963), y todos los presidentes posteriores quedaron embadurnados, ignorantes de cómo salir del conflicto sin convertirlo en una vergüenza nacional (Estados Unidos nunca había perdido o abandonado una guerra), amén de que sólo se dedicaban a apagar los focos de incendio (ataques aislados) en vez de mantener una ofensiva permanente y feroz, atacando con todo a Vietnam del Norte.
General de otra época – que no entendían el concepto de la guerra de guerrillas y solo pensaban en ocupar, avanzar y usar la fuerza bruta para demoler -, ineficiencia política, un conflicto que se extendió demasiado y volvió locos a todos, un odio racial que se convirtió en genocidio y un enemigo imbatible – porque iba a dejar la vida por su patria – fueron los factores para que una superpotencia tuviera que rendirse ante un letal juego de escondidas que terminó por desgastarlo y en donde no podía distinguir entre los civiles que debían proteger y los enemigos que se camuflaban entre ellos. Sumado a esto la corrupción del gobierno autocrático de Vietnam del Sur (y el sabotaje que hizo Nixon cuando era pre-candidato a la presidencia, mandando mensajes a Vietnam del Norte para que frenaran las negociaciones en París ya que sería mas fácil negociar con él cuando asumiera la administración del país), da cuenta de una guerra brutal comandada por torpes y burócratas, tipos que solo cuidaban su propia granja y actuaban en perjuicio de los demás, impotentes frente a un enemigo coordinado y rebosante de nacionalismo el cual terminó propinándole una paliza (y una derrota denigrante cuya cicatriz se prolonga hasta nuestros días) a la súper potencia occidental que siempre se consideró la Policía del Mundo… y terminó enredada en el barullo de sus propias conspiraciones.
Didactica, profunda… y súper recomendada.