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Por Alejandro Franco – contáctenos
En 1948 apareció una empresa llamada Laboratorios Eniak. Se actividad principal era la fabricación de productos electromecánicos. En el año 1977 la razón social cambia a Eniak S.A., y ya para esa época fabricaban transformadores ferro resonantes para computadoras, impresoras, equipos de comunicaciones y demás productos electrónicos. Tenía tanto desarrollos propios como versiones mejoradas para equipos de fabricación extranjera. Eniak era el proveedor de grandes empresas vinculadas a la electrónica en Argentina.
A principios de los 80 la importación estaba cerrada y la gente de Eniak decidió probar suerte en el rubro de los autos artesanales. Es durante esa época que dará a luz los dos vehículos por los cuales la marca será recordada. Basándose en la mecánica y chasis del Dodge 1500, que en esa época estaba en manos de Volkswagen, desarrollaría dos productos muy diferentes: una cupé neoclásica al estilo de los roadsters ingleses, y una camioneta 4×4, la cual sería la primera en su rubro de producción completamente nacional. Esta es su historia.
Eniak Antique: un roadster criollo
En 1980 Luis Gaggino dirigía Eniak, la fábrica fundada por su padre. Viendo que las perspectivas de sus productos y servicios iban en declive, decidió hacer vehículos en pequeñas cantidades, productos de nicho que se pudieran vender a buen precio y tuvieran un costo de producción accesible.
Lo primero que hizo Gaggino fue inscribir a Eniak en el Registro Nacional de la Propiedad del Automotor como fabricante de vehículos automotores, Para Mayo de 1983 la solicitud estaba aprobada por el Ministerio de Justicia de la Nación.
Utilizando los servicios del diseñador Pedro Campo, éste le sugirió hacer un vehículo de aspecto antiguo al estilo del Lotus Seven inglés, que acá llegó a fabricarse en forma de réplicas entre finales de los años 60 y principios de los 70. Pero el Lotus Seven se veía demasiado deportivo, con lo cual prefirieron un diseño más clásico de roadster como el del MG-TA, o el Morgan Plus 4.
A Campo lo asistió Alain Baudena, un especialista en coches para Turismo Carretera, quien se sumó para construir el primer modelo, e incluso varias de sus ideas se incorporaron a la versión final.
El Eniak Antique venía equipado con un motor Volkswagen de 1.800 cm3 potenciado por Rafael Balestrini. Alcanzaba una velocidad máxima de 165 km/h. Hubo versiones para especialistas, dotadas de motor Falcon 3.6 litros. En esos casos la velocidad final llegaba a 195 km/h.
El Antique fue lanzado en setiembre de 1984. Un coche de aspecto antiguo pero dotado de confort moderno como butacas de cuero, tablero de madera de cedro, radio FM / AM, cinturones de seguridad, calefacción, y limpia parabrisas eléctrico.
A pesar de ser un producto de nicho, el Antique gozaba de una apreciada demanda. Pero pronto la economía argentina metió la cola. Los costos subieron y la viabilidad del proyecto se volvió insostenible. La empresa terminaría en la quiebra y la última unidad del Antique, la número 104, saldría de la fábrica de Mataderos en 1990. No sólo cerrarían la fabricación de vehículos sino también la producción electromecánica. Aún con todo, el Eniak Antique fue deseado por coleccionistas de todo el mundo, con lo cual unidades del auto llegaron a ser exportadas a España, Estados Unidos, Francia, Italia y Japón.
Aviso de la época de la Eniak Durango en los diarios: versión tracción simple, o la robusta 4×4, todas basadas en serias modificaciones de ingeniería al Dodge 1500 / Volkswagen 1500 standard.
La primera 4X4 argentina
Por otro lado Eniak, que ya estaba experta manipulando la mecánica del Dodge 1500, decidió hacer un producto único que no existía en el mercado local. Así es como se despachó con la primera 4×4 nacional, la cual presentó como Eniak Durango en la exposición anual en la Sociedad Rural Argentina en 1986.
Se ofrecía en dos versiones: la 4×4, y la de tracción simple, conocida como Durango 1000. Tenía capacidad de carga de 1.000 kg, caja de cinco velocidades y la versión full venía con aire acondicionado y barra antivuelco.
Si bien uno puede calificar a la gente de Eniak como carroceros – básicamente adquirían Volkswagen 1500 directo de fábrica, los cortaban en su planta en el barrio porteño de Mataderos y armaban la camioneta sobre la base del auto -, la cantidad de ingeniería original aplicada da de sobra para ser considerado un coche nuevo y singular.
Pero si al Antique lo mató la economía, léase, la Hiperinflación de 1989, la pickup Durango se topó con trabas durante todo su tiempo de producción. Fabricantes vieron con recelo como las ventas de la camioneta se disparaban y comenzaron a presionar a los autopartistas a que retacearan pedidos, o exigieran cantidades mínimas que superaban por lejos la capacidad de fabricación de Eniak. Para hacer una versión diésel tuvieron que recurrir a terceros para adquirir motores Indenor, los mismos del Rastrojero Diésel ya que no se los querían vender de manera directa.
Con el lobby hecho por las grandes marcas, y con la economía en contra, el Durango sufriría la misma suerte del Antique. Llegaría apenas a un centenar de unidades producidas, y la empresa sería barrida por la Hiperinflación de 1989, quedando apenas un puñado de camionetas supervivientes, testimonio de su buena manufactura y solidez de construcción, y dando cuenta de su paso por el mercado automotriz argentino