Cine, TV, Video: crítica: Bobby Fischer Contra el Mundo (2011)

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“Bobby Fischer Contra el Mundo” es una mirada a la intimidad del genio norteamericano que logró alzarse con el título de campeón mundial de ajedrez en 1972, luego de derrotar a Boris Spassky y cortar la racha de veinte años de campeones soviéticos ininterrumpidos. Pero más allá de la anécdota de un americano venciendo a un ruso en plena Guerra Fría es también un paseo por los vericuetos de una mente perturbada, brillante en el deporte pero fronteriza en los restantes aspectos de su vida personal.

Por Alejandro Franco – contáctenos

Bobby Fischer Against the World (EUA 2011); Intérpretes: Bobby Fischer, David Edmonds, Anthony Saidy

BOBBY FISCHER CONTRA EL MUNDO Yo jugué ajedrez en mi adolescencia, y no me fué muy mal. Un par de veces llegué a ser vice campeón juvenil en Uruguay, lo cual demuestra mi pasión por el juego ciencia. Luego, el cambio de país y los avatares del destino hicieron que me alejara del ajedrez pero no del respeto que me produce como disciplina y como deporte.

En esa época uno se encontraba en proceso de formación, lo que significab que estaba desarrollando mi propia personalidad ajedrecística. ¿Era un jugador aguerrido apasionado por las combinaciones, o era un tipo volcado hacia la solidez y lentitud del juego posicional?. ¿Era un analítico de las aperturas, o mi fuerte estaba en el conocimiento de finales?. A medida que iba madurando, iba tomando como guía a aquellos maestros cuyo estilo de juego admiraba e intentaba imitar; y, en aquella época, yo admiraba a Bobby Fischer.

Fischer fue una especie de supernova en el mundo del ajedrez. Una estrella que brilló muy fuerte durante unos pocos años, luego explotó y desapareció en la oscuridad sin dejar rastro, lo cual sirvió para tejer todo tipo de leyendas. Desde que se había muerto hasta que estaba internado en un siquiátrico, o que los rusos lo habían raptado. Lamentablemente las leyendas son mejores cuando son fantasía que cuando se materializan, y así fue como después de varios años uno pudo contemplar el desabrido (y fugaz) regreso a la actividad que el gran maestro norteamericano tuvo en 1992. Y, por supuesto, toda la debacle que vino después.

Sinceramente deseaba de todo corazón que Bobby Fischer Contra el Mundo me gustara. En la era de Internet, y en donde la información fluye a borbotones por todos lados, parecía que la leyende de Bobby Fischer había quedado olvidada o inexplorada. y cuando escuché de la existencia de este documental de la HBO, pensé que me daría un puñado de revelaciones que me sirvieran para conocer mejor a mí idolo y, lo que es mejor, para entender por qué pasó lo que pasó. Lamentablemente el film de Liz Garbus es demasiado escueto en todos los aspectos: explora poco, registra testimonios poco interesantes, y prácticamente no cuestiona nada. Arranca con el match contra Spassky y regresa en el tiempo a la infancia de Fischer… y jamás termina por revelar algo medianamente interesante.

El problema es la falta de una posición tomada. Sin dudas es interesante ver material fílmico del campeonato del mundo de 1972 en Islandia, o contemplar imágenes de los primeros torneos de Fischer, pero acá faltaba un análisis más profundo, y la decisión de ponerse a favor o en contra del personaje en cuestión. Todo da a entender que Fischer vivió en una familia desgarrada y con una madre demasiado egocéntrica, factores que influyeron en su obsesión por el juego (como escape) y en su conflictiva personalidad. A medida que Fischer hacía carrera se multiplicaban sus mañas y todo da a entender que la enorme presión padecida por el campeonato del mundo (vencer a los soviéticos!) hizo que los muros mentales que contenían a su inestable personalidad explotaran por los aires. El documental le dedica poquísimo tiempo a la guerra de nervios que Fischer despachó contra Spassky, y a la cantidad de presiones, idas y venidas que tuvo el match. Si a usted le interesa la trastienda del evento, mejor consígase el libro del GM David Levy, el cual es muchísimo más abundante en detalles que el relato lavado de los hechos que presenta el documental.

Bobby Fischer Contra el Mundo es un tibio esfuerzo en explorar una personalidad fronteriza y apasionante. Es tan correcta y equilibrada que resulta insulsa, especialmente cuando llega al momento más interesante de la vida de Fischer y es cuando se sume en el anonimato luego de renunciar a defender su título frente a Anatoly Karpov en 1975. Es el momento en que este individuo brillante se convierte en un ermitaño misántropo y antisemita (aún cuando él mismo era judío), unido a iglesias de dudosa moral, huyendo de las autoridades norteamericanas (debido a jugar un rematch con Spassky en Yugoslavia en 1992, en el momento en que había un fuerte embargo de la ONU contra dicho país), y festejando la caída de las Torres Gemelas como si fuera un cachetazo al establishment estadounidense que quería atraparlo. Falta información, faltan pausas y faltan juicios de valor, y es por ello que el documental termina por convertirse en una experiencia apenas correcta pero insatisfactoria, ya que no complace ni a los ajedrecistas ni a los neófitos en la materia, rozando en la superficie de un individuo enigmático y apasionante.