Cine, TV, Video: crítica: Terminal (2018)

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Hay Tarantinos de segunda y Guy Ritchie de tercera; y acá el combustible no le alcanza a Vaughn Stein para hacer el relato consistente, mas allá de la formidable performance de Margot Robbie y el sorprendente giro dramático de Simon Pegg. Calificación: 3/5

Cine, TV, Video: crítica: Terminal (2018)

Por Alejandro Franco – contáctenos

Una terminal londinense a la madrugada, solitaria y mal iluminada. Una mesera con demasiada chispa y unos cuantos secretos ocultos. Un maestro con cáncer terminal, dispuesto a terminar su dolor bajo las ruedas de un tren. Un conserje cojo, charlatán y meterete, y un par de asesinos que dan mas lástima de lo que deberían. Todo este cóctel debe sacudirse y servirse antes que salga el sol, y pareciera que semejante galería de personajes pintorescos debería producir algo interesante… lástima que el libreto es mas desparejo de lo que debiera y la mitad del tiempo resulta frustrante.

Margot Robbie produce, y es fácil entender el motivo. Terminal funciona como vehículo para ella, en modo Harley Quinn al 150%, con algo menos de locura y mucha mas letalidad. La actriz no sólo es hermosa sino que posee una intensidad formidable, y cuando está en la pantalla no existe momento aburrido. Más cuando intercambia chispazos con un medido Simon Pegg, el cual cuenta las horas hasta el amanecer para poder suicidarse. Pero, ¿por qué no tomar ese tiempo de descuento como la oportunidad para hacer algo espectacular, antes que una muerte simple y aburrida?. Esa es una de las tantas propuestas diabólicas que la Robbie le dispara, en una conversación que no tiene desperdicio y donde la chica muestra que no tiene todos los patitos alineados.

Por supuesto, semejante licuado termina demostrando que la conjunción de personajes no es casualidad y que responde a una conspiración mucho mas entreverada y oculta, cuya revelación debería ser apasionante… cosa que no es así. La pirotecnia verbal de Robbie y Pegg no alcanza a disimular que el relato no tiene mucho mas para ofrecer y que, para colmo, la dupla de asesinos que componen Dexter Fletcher y Max Irons es terriblemente aburrida. Fletcher cacarea por cualquier cosa e Irons es un superficial de aquellos. Lejos quedaron las épocas de de Jules Winnfield y Vincent Vega cuando hablar sobre un masaje de pies resultaba tan interesante como incómodo.

Si los personajes de Fletcher e Irons estuvieran mas pulidos, quizás Terminal fuera mucho mas interesante. Parte del problema son las performances de los asesinos, que rayan en la caricatura. Sí, también está Mike Myers – que quiere seguir la onda de Peter Sellers, de componer personajes recargados de maquillaje y acentos raros -, cuya participación resulta obvia. Pero lo de Myers es el menor de los dramas. Los vericuetos que deben pasar los asesinos para recibir su misión (y cumplirla) son demasiados rebuscados y poco interesantes, y la lógica se lleva de los pelos con el desarrollo. Eso no quita que la Robbie reserve para el final algunas revelaciones que resultan interesantes, pero da la impresión que a todo este estofado le sobra fácil una hora, y hubiera quedado mejor como capítulo de alguna serie de suspenso tipo Alfred Hitchcock Presenta.