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Curiosidades en Datacraft: hablamos de los circos de pulgas, si la harina puede explotar, qué es el uranio empobrecido, la invención del smile y el proyecto de estallar una bomba atómica en la luna

Por Alejandro Franco – contáctenos

¿Cómo son los circos de pulgas?

La pulga es uno de los parásitos más molestos. Se alojan en el hombre y en otros animales de sangre caliente, como perros, gatos, ratas, ardillas. (La pulga del hombre, Pulex irritans, fue originalmente parásita del zorro). Además de la molesta irritación producida por su picadura, pueden transmitir enfermedades graves, como la peste y el tifus.

Sin embargo algunas personas encontraron la manera de usar estos parásitos como una forma de entretenimiento, entrenándolas para actuar en circos de pulgas.

La especie Pulex irritans, que no pasa de unos cuatro milímetros de longitud, es la más usada para este fin. Armado de paciencia, el entrenador primero debe quitarle a la pulga la costumbre de desplazarse a saltos. Para esto se las introduce en una caja baja y ancha. Aquí las pulgas saltan instintivamente hasta agotarse, y se acostumbran a caminar.

El resto del “entrenamiento” es sencillo. Con pinzas finas los “domadores” atan las pulgas con hilos delgados. Los insectos, al intentar huir, arrastran carritos, saltan de trampolines, hacen girar tiovivos, caminan en la cuerda floja, se balancean en trapecios e incluso se disparan desde pequeños cañones, para ser atrapadas con frecuencia por uno de los espectadores, al que el entrenador da un guante y un embudo.

Los espectadores pueden observar los diferentes objetos ser movidos por los bichos, y en ocasiones pueden usar lentes de aumento para observar a las pequeñas artistas. Al terminar el espectáculo, el domador coloca a las pulgas en su brazo, para permitir que se alimenten.

Estos espectáculos eran frecuentes en las ferias hace varias décadas, y aunque en la actualidad ha disminuido su número, todavía en muchas ciudades se puede asistir a espectáculos de pulgas profesionales.

¿Puede explotar la harina?

Los granos han jugado un papel muy importante en el desarrollo de la civilización. Son uno de los alimentos más importantes, como el trigo, el maíz y el arroz. Por esta razón se maneja en grandes cantidades, lo que a veces puede llevar a accidentes peligrosos, como explosiones.

El cuerpo humano necesita una fuente de energía. Los carbohidratos desempeñan este papel con gran eficacia. En el cuerpo humano, los carbohidratos funcionan como una fuente de energía. El carbohidrato más simple es la glucosa, como en los azúcares, que fluye en la sangre para ser utilizada por todas las células del cuerpo. Las células absorben la glucosa y la utilizan como fuente de energía. La palabra “carbohidrato” se deriva del hecho de que está compuesto de carbono y agua. La glucosa es el carbohidrato más simple. Su fórmula es C6H12O6. Esto significa que está compuesta por seis moléculas de agua y seis átomos de carbono.

Cuando se combinan dos compuestos, se libera energía. La glucosa se combina con gran velocidad, por lo que es una fuente de energía muy útil para el cuerpo humano. Sin embargo, encierra algunos problemas.

Hay varios carbohidratos complejos, conocidos como “féculas” o “almidones”. Están hechos de cadenas de moléculas de glucosa. Las féculas son la forma en que ciertas plantas almacenan energía. Está presente en grandes cantidades en la mayoría de los granos, como el trigo y el maíz, así como en los plátanos, las papas y las remolachas.

La fécula se quema con gran facilidad, y se vuelve explosiva cuando está en grandes cantidades en el aire, en forma de polvo. Los granos de la harina son tan pequeños que se queman con gran rapidez. Cuando uno de estos granos se quema, enciende a los granos cercanos. Se necesitan tan solo 50 gramos de polvo de harina por metro cúbico de aire para que esta mezcla sea inflamable. Si en un ambiente con esos niveles de porlvo de harina se enciende una llama, el resultado puede ser una explosión.

En todo caso, si se cocina un pastel no hay que preocuparse por provocan un incendio cuando se maneje la harina. Los accidentes que han ocurrido por esta causa han sido cuando las cantidades de polvo de harina en el aire son grandes, como en el caso de las industrias y los transporte. Un poco de harina en el aire de la cocina no encierra ningún peligro.

¿Qué es el Uranio empobrecido?

El uranio empobrecido es un residuo obtenido de la producción del combustible destinado a los reactores nucleares y las bombas atómicas. El material que se utiliza en la industria civil y militar nuclear es el uranio U-235, que es el isótopo que puede ser fisionado. Como este isótopo se encuentra en muy bajas proporciones en la naturaleza, el mineral de uranio ha de ser enriquecido, es decir, ha de aumentarse industrialmente su proporción de isótopo U-235. Este proceso produce gran cantidad de desechos radiactivos de uranio empobrecido, así denominado porque está compuesto principalmente por el otro isótopo de uranio no fisionable, el U-238 y una mínima proporción del U-235.

La munición puede contener uranio empobrecido en su interior o su exterior; siendo la más tóxica y contaminante la segunda. Desde 1977 la industria militar norteamericana emplea uranio empobrecido para revestir munición convencional (artillería, tanques y aviones), para proteger sus propios tanques, como contrapeso en aviones y misiles Tomahawk, y como componente de aparatos de navegación. Ello es debido a que el uranio empobrecido tiene unas características que lo hacen muy atractivo para la tecnología militar: en primer lugar, es extremadamente denso y pesado (1 cm cúbico pesa casi 19 gramos), de tal manera que los proyectiles con cabeza de uranio empobrecido pueden perforar el acero blindado de vehículos militares y edificios; en segundo lugar, es un material pirofórico espontáneo, es decir, se inflama al alcanzar su objetivo, generando tanto calor que provoca su explosión.

Cuando un proyectil impacta contra un objetivo el 70% de su revestimiento de uranio empobrecido arde y se oxida, volatilizándose en micropartículas altamente tóxicas y radiactivas. Estas partículas, al ser tan pequeñas, pueden ser ingeridas o inhaladas tras quedar depositadas en el suelo o al ser transportadas a kilómetros de distancia por el aire, la cadena alimenticia o las aguas. Un informe técnico de 1995 del Ejército norteamericano señala que “si el uranio empobrecido penetra en el cuerpo tiene la potencialidad de provocar graves consecuencias médicas. El riesgo asociado es tanto químico como radiológico”. Depositados en los pulmones o los riñones, el uranio 238 y los productos de su degradación (torio 234, protactinio y otros isótopos de uranio) emiten radiaciones alfa y beta que provocan muerte celular y mutaciones genéticas causantes, al cabo de los años, de cáncer en los individuos expuestos y de anormalidades genéticas en sus descendientes.

Según la autobiografía de Albert Speer (Memorias. Página 288. Plaza y Janés, S. A. 1969, Barcelona, España) los proyectiles de uranio fueron descubiertos y usados por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Recibieron el nombre de “proyectiles de núcleo duro” y en el verano de 1943 se usaron 1.200 toneladas de uranio para su fabricación.

La invención del “smile”

Uno de los fenómenos culturales más conocidos de fines del siglo XX e inicios del XXI es la famosa “carita sonriente”. Este simple dibujo, además de innumerables variantes, se pueden ver en camisetas, botones, publicidad, loncheras, revistas y, más recientemente, en los mensajes que se transmiten por Internet. Estos son solo unos cuantos ejemplos, de los miles que se pueden encontrar en la vida diaria.

La carita sonriente surgió en 1963, como un producto secundario de la fusión de dos compañías de seguros en Worcester, Massachussetts, Estados Unidos. State Mutual Life Insurantes, Mutual Estatal de Seguros de Vida, compró la compaía Guarantee Mutual Company, de Ohio. La unión tuvo efectos negativos entre los empleados, y la dirección de la empresa decidió implantar una “campaña de amistad”, que incluía una orden de sonreir en horas de trabajo, cuando se hablaba por teléfono, se atendía a los clientes, se realizaba un pago e incluso cuando se escribía un reporte.

Para ayudar a esta campaña, la compañía recurrió a un diseñador gráfico, Harvey Ball. Ball dedicó aproximadamente diez minutos a la creación del rostro sonriente, y cobró su tarifa regular: 45 dólares. El dibujo, impreso en botones, tuvo una excelente acogida, tanto por los empleados como por los clientes. Pronto se empezó a hacer pedidos de estos botones, de diez mil en cada pedido.

Varios años después, Bernard y Murray Spain, de Filadelfia, empezaron a producir sus propios botones, además de poner la carita sonriente en camisetas y pegatinas, ganando una gran cantidad de dinero. A partir de este momento, el emblema empezó a distribuírse en todo el mundo. Se calcula que en el año 1972 se habían vendido alrededor de 50 millones de botones con la carita sonriente.

Con la llegada de Internet, el dibujo encontró un nuevo campo donde establecerse, cuando se ideó una forma de comunicarlo con caracteres::) Las subsecuentes variantes fueron llamadas emoticones. Con el desarrollo de la comunicación en la red se llegó a utilizar muchas variaciones de la carita sonriente para expresar a otros usuarios el estado de ánimo.

Harvey Ball, su creador, falleció en abril de 2001. Nunca patentó su diseño, por lo que no recibió más de los 45 dólares que le pagaron por él. Sin embargo fundó la corporación World Smile, que organiza el “World Smile Day” cada mes de octubre, donde se recauda dinero para obras de beneficencia.

La bomba atómica contra la Luna

En el punto más álgido de la Guerra fría, la Fuerza Aérea de Estados Unidos desarrolló un plan secreto para exhibir su poderío militar haciendo estallar una bomba atómica en la Luna.

En una entrevista exclusiva con el dominical británico The Observer, Leonard Reiffel, de 73 años, el físico que dirigió el proyecto a finales de los años cincuenta en la Armour Research Foundation, organización apoyada por el Ejército de Estados Unidos, reveló este extraordinario plan lunar.

“Estaba claro que el principal objetivo de la detonación era proyectar una imagen de fuerza y mostrar nuestra superioridad militar. La Fuerza Aérea quería que se produjera una nube en forma de hongo lo suficientemente grande para que pudiera verse desde la Tierra”, dijo el viernes Reiffel. «En aquel entonces Estados Unidos iba rezagado en la carrera espacial».

«Lo ideal, obviamente, era que la explosión se produjera en el lado oculto de la Luna y, en teoría si la bomba estallaba en el polo del satélite, el hongo atómico quedaría iluminado por el sol». La bomba debía ser al menos tan potente como la lanzada sobre Hiroshima a finales de la II Guerra Mundial.

«En aquel entonces dejé bien sentado que la ciencia pagaría un alto precio por destruir un entorno lunar impoluto, pero la Fuerza Aérea sólo estaba interesada en la forma en que se vería la explosión desde la Tierra”, afirma Reiffel. Si bien Reiffel cree que la detonación habría tenido poco impacto sobre el medio ambiente de nuestro planeta, el cráter habría cambiado la cara de la Luna.

Reiffel no ha querido revelar la forma en que iba a producirse la explosión, aunque confesó que «era sin duda viable desde un punto de vista técnico», y que en aquel entonces un misil balístico intercontinental armado con una cabeza nuclear era capaz de alcanzar su objetivo en la Luna con una desviación de dos millas (unos tres kilómetros). En 1958, varios oficiales de la Fuerza Aérea de Estados Unidos se pusieron en contacto con Reiffel y le pidieron que llevara a cabo un estudio «en el menor tiempo posible» sobre la visibilidad y los efectos de una explosión nuclear en la Luna.

El nombre del proyecto secreto Al19 era Estudio de Vuelos de Reconocimiento a la Luna.

«De haberse hecho público el proyecto, se habrían producido protestas generalizadas», opina Reiffel.

Estados Unidos aún no ha desclasificado muchos documentos de la Guerra Fría pero algunos detalles del proyecto A119 salieron a la luz el año pasado con la publicación de una biografía del famoso astrónomo estadounidense Carl Sagan.

Sagan fallecido en 1996, se dio a conocer en Estados Unidos como divulgador de la ciencia y precursor de los estudios sobre la existencia de vida en otros planetas. Reiffel incorporó a Sagan a la Armour Foundation de Chicago, ahora Instituto de Investigaciones Tecnológicas de Illinois, y le encargó el desarrollo de un modelo matemático sobre la expansión de una nube atómica en el espacio alrededor de la Luna. Este modelo era de vital importancia para determinar si dicha nube podría apreciarse desde la Tierra.

En aquel entonces, los científicos todavía pensaban que podría haber microbios en la Luna y Carl Sagan había sugerido realizar una prueba nuclear en el satélite para comprobar existencia de microorganismos.

Sin embargo, hasta estos días nunca se había revelado el objetivo final del proyecto Al19.

Los amigos de Sagan creen que el malogrado científico habría sido incapaz de desvelar deliberadamente información clasificada, pero ahora Reiffel ha decidido «aclarar este asunto histórico», Un portavoz del Pentágono no quiso confirmar o negar el proyecto lunar.